Ya casi dos años desde que sonó esa frase estúpida.
Dos años escondidos en un baúl,
un océano de peces
chisporroteantes
ante una duna en el mar.
Un calambre en la pierna que ya dura 2 años.
No quiero morder, al final, un limón.
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jueves, 15 de julio de 2010
Desastre
Un desastre. Sólo soy un desastre.
Un desastre más de esa carta que no escribiste.
Un desastre más de ese fuego que apagaste.
Un retazo de las fotos que algún día poseíste,
un retazo de un recuerdo que algún día olvidaste.
Me olvidaste a mí, al desastre.
Al que siempre acaba llorando
por aquello que no hiciste.
Y entre cartas, fotos, recuerdos y fuego
sigo esperando a que me enciendas
o devuelvas aquello que prometiste.
Un desastre más de esa carta que no escribiste.
Un desastre más de ese fuego que apagaste.
Un retazo de las fotos que algún día poseíste,
un retazo de un recuerdo que algún día olvidaste.
Me olvidaste a mí, al desastre.
Al que siempre acaba llorando
por aquello que no hiciste.
Y entre cartas, fotos, recuerdos y fuego
sigo esperando a que me enciendas
o devuelvas aquello que prometiste.
jueves, 8 de julio de 2010
Un mal reflejo
Un día me levanté. Un día importante.
Me miré en el espejo, y vi algo.
Yo ya no era yo. Ya no era yo misma.
Busqué dentro de esos ojos que me miraban,
algo que se pareciese a lo que conocía.
Alguien me había suplantado, alguien horrendo.
Empecé a odiar lo que veía.
A sentir impotencia. A reírme para no llorar. A taparme los ojos.
Y así empezó la historia, la historia del cuerpo lánguido.
Una historia como muchas otras, no la peor, sino una más.
Me miré en el espejo, y vi algo.
Yo ya no era yo. Ya no era yo misma.
Busqué dentro de esos ojos que me miraban,
algo que se pareciese a lo que conocía.
Alguien me había suplantado, alguien horrendo.
Empecé a odiar lo que veía.
A sentir impotencia. A reírme para no llorar. A taparme los ojos.
Y así empezó la historia, la historia del cuerpo lánguido.
Una historia como muchas otras, no la peor, sino una más.
Lágrimas
Los esquejes de la piel
aún húmedos y cansados.
Rota la esperanza,
la poca que quedaba en el espejo.
Luz intermitente.
Se seca y se empapa.
Se sienta en el balcón
y lanza un "¿por qué?" a la noche.
No hubo respuesta.
aún húmedos y cansados.
Rota la esperanza,
la poca que quedaba en el espejo.
Luz intermitente.
Se seca y se empapa.
Se sienta en el balcón
y lanza un "¿por qué?" a la noche.
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