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jueves, 5 de marzo de 2009

Mess

Entre todo lo que cayó al suelo está ella. Entre piel de mandarina y tiritas usadas, entre kleenex y condones que no dicen más de lo que pretenden decir.
Navega en el mundo como la respiración de la nada, como una bolsa de plástico en un día de viento. Esperando una vez más a que la enciendan con ese mechero usado, recargado sin fuerzas. Tocando melodías tristes en su piano y escuchando una y otra vez los blues de Marlango o alguna cancioncilla de Billie Holiday.
No encontraba cuerda a la que atarse, ni café que la animase, y caía en el tabaco de repente, temblándole la mano. Se mordía las uñas, se arañaba, y a veces se arrancaba cabellos de cuajo. Y cuando no podía más se encerraba en su habitación, se tapaba los oídos con su almohada y se hacía un ovillo, casi desnuda, para llorar sobre su cuerpo, pidiendo que la abrazasen y abrazándose ella misma en la ausencia de brazos ajenos.
Miraba por la ventana, e intentaba sonreir a la niebla de la calle, pero en lugar de eso sólo le salía una extraña mueca con pretensiones demasiado altas.
Quizás perdió la habilidad para confiar en la gente y no sabe contra quién está jugando ni quién está en su bando. Perdió la habilidad para saber decir "necesito ayuda", para contar. Las manos le siguen temblando, una vez más. Por cuánto tiempo. Cuán lejos llegará esta vez, a dónde.
"No more, no less than a beautiful mess".