No.
Hay que saber decir que no.
No, no salgas a esa lluvia
que sangra y rasga,
y en tu equinocio,
te mira y coarta.
No, di que no a la falta,
la tortura de "hoy miento",
al descuento de sentimientos.
No, el tren de la agonía
hoy por fin se para,
porque los ojos
a tus propios pies
-miran.
No, que ese vaso no se llene
de rencores mal medidos,
de golpes y fracasos
o remordimientos perseguidos.
No. No.
Sal y vive tu vida,
que los otros te miren.
Sí, te miren, pero siempre camina
con la cabeza bien alta.