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martes, 18 de mayo de 2010

La búsqueda

Busqué una gota de agua dulce en el mar.
Busqué el susurro del mudo optimista.
Busqué las ganas de perderlo todo.
Busqué un río en el desierto,
una lágrima en las nubes,
una risa de niño en un cuerpo anciano,
busqué la vida en un cuerpo cansado de vivir.
Busqué la perfección, busqué el imposible.
Ya es hora de dejarlo, ya es hora de parar.
Ahora lo único que toca es buscarse a uno mismo.

domingo, 16 de mayo de 2010

Otra tontería

Me arrepiento de las tonterías que hice,
me arrepiento de aquellas que confesé,
y de todas aquellas de las que nunca hablé.

Me arrepiento de haberme escurrido en la nada, de convertirme sólo en un punto, y ahora, de no poder agrandar. Pero el cambio es lento y frustrante, y me saca de quicio. Y ahora creo que soy una decepción, una decepción en mi vida y probablemente en la de otros. El suelo que piso es un error, pero ya no sé cómo salir de él. No hay apoyo que me afirme, no hay apoyo que me calme. Sólo espero que nunca llegue a ser "demasiado tarde".

Hoy no es

Hoy echo de menos el cielo,
el sol brillante de la estampa en mi postal,
la sonrisa entre lágrimas que sale en confianza,
las amapolas que se abren al nuevo amanecer.
Pero hoy no es ese día.
Hoy me hundiré en la cama,
mientras la vida sigue su curso,
mientras yo espero al tiempo que nunca volverá,
mientras siento que ya perdí esta partida,
mientras aguardo el momento de volver a empezar.

lunes, 10 de mayo de 2010

Hay que decir "basta ya"

Bueno, hoy creo que sería incierto empezar una entrada diciendo: "hoy me he dado cuenta de que...", ya que sería mentira. Sin embargo, ¿cuánto está dispuesta a aguantar una persona? ¿Cuántos océanos de paciencia debe poseer un mismo cerebro? Yo reconozco que he cambiado, soy mucho más paciente, puede que por ser tauro, pero todo tiene un fin. Pecaré de ser demasiado comprensiva, de agradar a la gente, y en ocasiones, si bien parezco fuerte y decidida, no encuentro el modo de decir "no".

Tras la ofensa de la gente que ha pasado por mi vida, y que duró muchos años cual pesa de cien kilos sobre mis hombros, asumo y admito que los límites me aferraron. Los límites del aguante, los límites de las descalificaciones. Y aunque parezco ser honesta (que lo soy) también parezco ser fuerte, pero empiezo a dudarlo. Todos llevamos un ser frágil entre nuestro underwear, y no fisícamente hablo, sino psicológicamente. No sé si considerar lo recientemente acontecido como un golpe, pero ya es mucho. Y ese mucho es demasiado.

No obstante, ya no se puede pedir más de mí. Si una palabra definiera mi estado de ayer sería furia, impotencia, rabia, y muy a mi pesar, autodestrucción. Señores, no se puede ser perfecta. Mi vaso se está llenando, y pronto se desbordará- puede que rompra el cristal en varios ojos ajenos y en los míos propios- pero no se puede pedir más.

Hay que decir que no, hay que decir "basta ya", no hay que supeditarse a los demás. Ésa es la conclusión.

sábado, 8 de mayo de 2010

Tiempo que corre

Hace mucho que las estrellas
acordonan su futuro.

Bajo un mar de vino tinto
sus esperanzas se ahogan
entre los suspiros del recuerdo
y el paso de los días.

En el espacio de esa corta vida,
finge y se desliza,
arrastrándose en el viento.

Un beso en la mejilla y una sonrisa
que encarna la imagen de un lloro.

Y aún no ha dicho nada,
nada que no sepamos ni que sepamos.

Los amantes

Eran dos.
Como los amantes de Teruel.
Entre sus manos el tiempo no pasaba,
se apretaban, como palomas en el desierto.
Fijaban los ojos en las nubes,
construían estrellas con miradas,
resbalaban por el orificio de un árbol vivo.

Pasaban las noches sin pedir nada a cambio,
recordaban historias de buques y piratas,
saltaban vallas, corrían por las aceras mojadas,
resbalaban en la cama y en la alfombra,
Recordaban al carpe diem como un himno,
sollozaban con Hawthorne, y Shakespeare.

Al fin y al cabo, se agrraban de la mano
en el curso de la vida. Lo más simple
y más certero, es que se querían.