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domingo, 27 de marzo de 2011

Untitled 9

Durante un tiempo reí al verte llorar.
Deseé ser el dedo en tu ojo,
ser la estaca anclada en tu mano,
ser el tormento de tus sueños.
Quise ser la sombra que acapara a tu sol,
la daga en tu nuca,
el dolor en tu espalda,
el fuego quemando tu hogar,
el corte de tu respiración.
Para que no olvidases
que de una forma u otra
siempre estaré ahí.

Piezas

De un sueño roto,
piezas.
Sólo son eso, fragmentos
de lo que con pegamento
no se recompone.
Trozos
de lo que el viento
dejó atrás.
Cenizas
mojadas que poco pueden arder.
De un sueño roto,
piezas.

Todo lo que dije

Dije que no.
Que no volvería a sumergirme otra vez en la misma historia.
Que no leería aquel cuento otra vez, porque ya conocía el final.
Que volvería a verle y su sonrisa sería como la de cualquier otro.
Que no miraría a aquellos ojos con pasión,
que no me reiría de sus anécdotas,
que permanecería impasible ante su mirada.
Dije que volvería a ser yo, dije que la batalla de mi pensamiento
no se volvería a librar.

Mentí.

Aquel beso

El sonido de sus labios al besarse se prolongaba,
haciendo agonizar al silencio costante.
Un pellizco con sus dientes, un gemido reprimido,
pequeños matices de un beso grande, grande,
tan grande como la vida misma escapándose en un aliento,
en un solo roce que apenas ocupa espacio en el tiempo.
Todo un universo de sensaciones, envueltas entre su pelo,
entre sus caricias, entre sus manos aferrándose con fuerza.
El reloj se detuvo, por unos instantes
fue benévolo y cercano, recopilando todos esos años
en ese pequeño instante.
Y ése fue el último, el último beso
y el más placentero de todos.

sábado, 19 de marzo de 2011

Fracaso= Logro

¿Y qué contar tras tantos años?
No hace mucho aprendí que todo cambio es positivo, de algún modo.
Me explicaré.
Todo fracaso llega a ser un logro si aprendes algo de ello. Por lo tanto, si te caes y te levantas, no es un fracaso, sino un aprendizaje. Y es precisamente eso lo que marca el discurso de la vida, de cualquier vida. Lo que está marcado de importancia es levantarse, no el hecho de caerse.

Los pequeños detalles son los que hacen que una vida merezca la pena. Una pequeña sorpresa, una comida entre amigos, esa llamada estúpida sin sentido de alguien que no esperabas... Esos pequeños detalles día a día hacen merecer la existencia cotidiana.

Y no sé qué más decir. Si en realidad no sé por qué he empezado esta entrada...