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domingo, 6 de septiembre de 2009

Ya es de noche

Ya anochece y no estás en mi cama.
Ya anochece y tampoco lo estarás.
Tras la luna asoma tu sonrisa,
clara como el agua del oasis,
clara como un pequeño manjar.

Esta noche no me iluminas,
esta noche no te esconderás
tras la almohada ni en la cama,
y sólo oiré al viento pasear
entre arbustos que te llaman.

En el cielo negro brilla,
brilla tu omnipresencia
y al mirar
las puras estrellas
esta noche te siento respirar

cerca muy cerca, y sin embargo
sé que estás lejos y que quizás
mirarás al cielo como miro yo:
con ansias de verte,
pero de verte regresar.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Lo que el tiempo dejó atrás

Ya no salimos ni entramos,
ya no caminamos juntos
ni revueltos
en la misma dirección.

Si mirábamos a un futuro
tanto tuyo como mío;
ahora sólo nos reímos
de lo que el tiempo dejó atrás.

Cuántos soles se quemaron
en las aceras de nuestros dedos,
cuántas ilusiones zarparon
en busca de nuevos vientos.

Ahora gana el desconsuelo
y la falta de lágrimas;
cuando debíamos haber llorado
por lo que el tiempo dejó atrás.

martes, 11 de agosto de 2009

Carta que nunca envié

Hola, ¿qué tal? Espero que bien.
No sabía cómo empezar esta carta, teniendo en cuenta que hace tanto que no nos vemos...

¿Qué haces ahora? ¿Sigues estudiando? ¿O trabajas? ¿Te acuerdas todavía de la cerveza que me debes? Me encantaría saber de ti, tomar una caña y charlar tranquilamente. Espero que ahora la vida te trate bien, que tu pierna se haya curado y que no tengas más problemas. ¿Qué tal está tu madre? Mándale saludos de mi parte.

¿Qué fue lo que nos pasó? Dime, ¿qué fue? ¿Por qué ya no hablamos? ¿Por qué no llegamos nunca a decirnos "te quiero"? Dime, ¿qué fue?. ¿Aún recuerdas esos días de verano, cuando yo te esperaba a la salida de la Renfe? Recuerdo el día en que desayunamos juntos y me manchaste de mantequilla. Recuerdo lo que vino después. Y ahora dime, ¿qué fue?.

Me alegraría que contestases a esta carta. ¿Tienes novia? ¿Te va bien? Yo al final sí supe qué hacer cuando desapareciste. Yo al final sí dije te quiero, aunque al final acabé pensando en ti.


No me culpes, hoy ya no, ha pasado mucho tiempo. Pero aún es fácil recordar esos besos, ese vagón de tren abarrotado de gente. Aún resulta fácil acordarme de ti.

Saludos, mucha suerte en esa, tu vida.
No diré que te echo de menos, hoy ya no, ha pasado mucho tiempo.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Bla bla bla

¿Sabes esa sensación de saber lo que creías
que no sabías y de algún modo conoces?

Sí, esa que te hace pensar en algo que se avecina,
quizás inescrutable, y sin embargo, tus sentidos te dicen:
"pasará".

Como el sexto sentido, y no el de la película, pero sí
tus escamas se ponen alerta y piensas
"¿y qué haré yo?".

Eso esta noche a mí me pasó.
Y vi que las cosas no iban a funcionar.
Y sin embargo me descubro, optimista,
esperando no cansarme de la vida,
para seguir en el camino de las flores secas, y las hojas
que abandonan el nido del tronco y sí, a ese camino
sucumben.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Otro sin sentido, pero verídico

Por segunda vez, y en muy poco tiempo, voy a hablar claro.

No he escrito nada decente desde hace mucho tiempo. Y lo poco decente que he escrito... Bueno, no me atrevo a publicarlo. Las expresiones directas de mis propios sentimientos son algo que mi pudor no me permite mostrar.

Quizás la gente tenga razón cuando dicen que nunca saben cómo reaccionaré, ni en que pienso, ni qué sentimientos exactos albergo de un momento para otro. Porque cambian, al igual que mis estados de ánimo. Y a veces hasta me sorprenden, incluso después de tantos años conviviendo conmigo.

Ahora me doy cuenta de algo más escalofriante: y es que mis sensaciones hacia alguien que hace lo mismo son negativas, muy negativas. Para expresarnos con total claridad: me jode la gente así, no soporto el no saber lo que piensa la otra persona. Me percaté de ello hará casi dos años, y ahora sé que, si es eso lo que me molesta, entonces debería odiarme a mí también.

¿Y por qué no? Probablemente me odie, al igual que existe la gente edonista, puede existir el rostro de lo contrario, de esa bipolaridad de la que ya he hablado. Pensaba que me odiaba por otros motivos, que esto era un punto a mi favor. Pero al verlo desde fuera... Las conclusiones son completamente distintas.

Otra estupidez nocturna que mañana no tendrá sentido.

Descuento de sentimientos

Quizás él no ve lo que yo quiero que vea.
Quizás prefiere tapar esa realidad que conoce,
pero es mejor así, si al hacerlo consigo que no se asuste.

¡Qué distintas se ven las cosas ahora,
ahora que estoy al otro lado de la línea roja!

Quizás el descuento no haga daño,
quizás sí, o quizás todo lo contrario.

martes, 12 de mayo de 2009

Ilusión suicida

Creo que a veces en mis sueños, despiertos o dormidos, me desdoblo, y me apeo del tren del sentido. Siento que mis dedos se extienden más allá de las ventanas oscuras de mi cuarto, y mis ojos se traducen en ilusiones traslúcidas.

En ocasones también, tengo la sensación de estar cayendo, de convertirme en parte del colchón o del suelo, de fundirme con ellos y camuflarme como un camaleón desarraigado. Pierdo mi mente, la mayoría del tiempo, y las cosas que se daban por hechos obvios pasan a ser sólo nubes heridas a punto de reventar. Si bien hay luz, no la siento, o renuncio a ella y mis ojos se decantan por taparse a si mismos.

Al final lo único que queda es el humo de mi cachimba volando entre hojas incompletas y malentendidos fortuitos llenos de desgracias fluctuantes. El jugar de las palabras, las cariocas removiéndose incansables bajo el cielo oscuro a estas horas. O los ojos se quedan fijos al techo, si lo hay.

Pero la vida parece completa, asumida, contenta.

El duende a veces me sonríe, y me otorga un poquito de su gracia y su amor sensual con cadenas de monedas árabes. Las muñecas se retuercen y convierten el silencio en sonidos agradables, pero en ocasiones pestilente. Da igual, todo daba igual.

Y así es como normalmente acaba la historia: tirada en mi cama en la penumbra, escuchando alguna canción llena de significado que me pacifique el espíritu para poder volar más allá del descanso verdadero, del sueño de esas pastillas milagrosas, bendecidas por tanta gente y maldecidas por mí, por la que se resigna a depender de ellas.

martes, 28 de abril de 2009

Amor 2

Amor.
Así lo llaman ellos.

Enchochamiento paranoide.
Así lo llamo yo.

miércoles, 22 de abril de 2009

Lo que una escribe

Puede que lo que yo escribo no sea bonito.
Puede que lo que yo escribo no rime.
Puede que no sea poesía, puede que no sea prosa o que las dos anteriores sean respuestas correctas.

Puede que lo que yo escriba a veces no tenga sentido.
Puede que carezca de nexos, o que tenga demasiados.

Lo que yo escribo quizás no se pueda medir, o contar, o resumir.
Puede que se pueda tirar a la basura, o que publiquen un libro.

Simplemente, es lo que una escribe. Da igual si despierta sonrisas, arcadas, o ganas de llorar. Lo importante es que despierte algo.

martes, 21 de abril de 2009

Untitled 1

Estoy llena.

Me siento llena.

Llena de palabras inconexas. Llena de crema mohosa. Llena de tinta gastada y seca. Si al menos supiera que pertenezco a alguien, mi existencia sería mucho más fácil. Si supiera que alguien me necesita con rabia y con anhelo, con desesperación o pasión, o con ímpetu. Así sería sencillo y cómodo dar el aliento en cada respiración. Quizá doy el aliento sin saber.

Mirar la lluvia puede ser tan placentero y tan deprimente... No me importa mojarme. Me empapo con agrado. Pero sería más placentero empaparme de otras cosas que me arrancasen una sonrisa aún más grande, una sonrisa verdadera.

domingo, 5 de abril de 2009

Tengo

Tengo una risa que se ríe de mí a intervalos.
Tengo una bolsa de histerias que se dan la mano o los puños.
Tengo un diente que se cayó por el exceso de azúcar en vena.

Tengo una cuchara con veneno que sabe a miel y una boca cercana que quiere probarlo para dar opinión y sacarlo al mercado.

Un mechero que no funciona para encender el tabaco de los días de primavera que pierdo entre mi casa y el césped. Un tabaco que no se consume casi nunca y que casi nunca se queda a medias.
Una carpeta en la que meto fotos de mis mascotas, de mis lugares, de mis aventuras y desventuras. Un mando a distancia que nunca será capaz de encender nada.

Tengo un corazón que espera a que aprenda qué puedo hacer con él.

domingo, 1 de marzo de 2009

Sin sentido

Hoy me duele la cabeza.

Desperté entre el sudor frío de no tenerte a mi lado. Saqué mis gafas y no las limpié antes de ponérmelas. Siguen sucias desde hace meses. Toso y veo que con no salir de casa no arreglo nada. Hoy estoy constipada. Hoy te echo de menos.

Una película lleva puesta en mi pantalla cerca de dos horas, y sigo preguntándome quién es ese que sale tanto. Cuál será su nombre y cuáles sus pretensiones. Y quieren que haga un trabajo con esta gran concentración que tengo.

Brrrr. El termómetro está frío. Como el zumo en mi mesa, y el mando de la tele. Un poco de calma, por favor. No me llaméis a gritos, voces inexistentes. Creo que he tirado la mandarina al suelo sin querer. Esas mandarinas gigantes que me ha comprado mi padre y que son completamente indigeribles. Bueno, a veces sí lo son, si consigues tragarte los gajos...

No tengo inspiración. Las musas se han ido a jugar al parchís. Así que creo que lo dejaré por hoy, no tengo ánimos de escudriñar en mi cabeza en busca de buenas palabras que llenen en vacío. Mañana nos vemos, ¿no? Mejor, mejor...

miércoles, 11 de febrero de 2009

Brain Storm-Tormenta de Ideas

El coche azul avanza decidido, imponente y chorreando música hacia el semáforo frente a mi ventana. Por cierto, muy sucia hoy, ¿por qué hay un pelo de mi perro en la ventana?. Una madre va con un carrito de bebé.
Qué cosa más pequeña.
¿Hablará ya?
¿Y mi paso de peatones donde está? Se esfumó por la acera de la incontinencia verbal, en la calle del Velo.
Un burkha.
La fruta está buena pero es insoportable tras tres horas de lo mismo. El jugo se desparrama por las comisuras de los labios. Uhm. Rico, amargo, dulce, áspero.
Carraspeo.
El cigarro se consume y el motorista va sin casco. Espero que el cerebro no se le derrita bajo el sol de la ciudad. Cuidad abierta, cosmopolita y jodidamente jodida. “Si te fijas, nadie es de Madrid. Hay muy pocos gatos, lo que se dice gatos, gatos”.
No quiero hacer sentadillas ni sacar a mi perro. No te retuerzas, ya abro la puerta para salir a tu paraíso terrenal, lleno de arena y señales.
Un rizo en el ojo, una sonrisa en la mano.

Amor

Amor:

Nominación
cojonuda
de la locura
sin razón.

Diccionario enciclopédico universal.

martes, 10 de febrero de 2009

uhm

Corre diablillo, corre.
Persiguiendo a ese ángel de alas rojas y blancas.
No pierdas en entusiasmo, diablillo.
Persíguelo, vuela hasta la copa de los pinos.
Sangrándote los pies, no pierdas el entusiasmo.
Que no se te escape.

No pierdas el autobús.
Jajaja.

sábado, 10 de enero de 2009

Algunos pensamientos

Hoy te eché de menos. En realidad, te eché de menos desde que te fuiste ayer.
Sin ser nada y siéndolo todo a la vez; en una situación extraña, confusa y placentera, y a la vez tan correcta. Todo es correcto, todo está correcto. Estamos y somos, pero ¿de qué manera?. Supongo que estar y ser es suficiente. Sin embargo me sorprendo buscándote entre las sábanas de mi cama, entre mi almohada y mi ropa. Y espero, mirando el reloj cada media hora pensando en que ya queda menos.
Busco tu sonrisa y tu mirada, siendo cómplice del error de caer otra vez. Te miro mientras intentas dormirte y cuando ya estás dormido. Me doy cuenta de que no existe un por qué, pero lo hago. Memorizo el sonido de tu risa y de tu voz, y tu olor.
Cada vez que alguien dice algo sobre la nieve me acuerdo de ti. Intento componer pero no me sale la letra, se me nubla la mente, y no encuentro las palabras, como ahora. Me aferro a la idea de que volverás, no sé cuándo, pero volverás, o volveré yo. Mi espera se regocija pensando en ese momento.
Busco un final feliz, como el de las películas, vivo en una película sin final, no lo veo, no llega. Pero seguiré buscando ese momento en el que no mire el reloj, en el que no sepa la hora que es. No quiero seguir viviendo con este virus que me come las entrañas, que arde en mi estómago.
Esperaré.