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lunes, 24 de agosto de 2009

Espera

¿Cuándo dejé yo de ser yo
para convertirme en otra?
¿Cuándo abandoné el fértil cuerpo
y pasé al gris de la derrota?

¿Cuándo dejé de trazar ilusiones
en las aceras de tus brazos?
¿Cuándo supe que esperar no vale
si lo que se espera son los años?

domingo, 23 de agosto de 2009

Cuán corto es

Qué efímeras las llamas,
las llamas que pueblan
los oscuros interiores,
y se convierten en ascuas.

Qué cortas las marcas
de un cálido rojo carmín
que chisporrotean en la piel
y más tarde, se aclaran.

Cómo se aleja el palpitar
del corazón sediento,
suplicando por cariños
que al final se embotellan.

Cuán tenue el viaje
de salir del cuerpo
y volar por los verdes valles
para regresar y salir corriendo.

Y ahora...

No hay diferencia entre el hombre
que pasa por delante de la ventana
y tú.

No hay diferencia entre esos ojos
opacos, de un color mate,
y los tuyos.

No hay diferencia entre las palabras
de esos grandes exraños en la vía,
y las tuyas.

Porque ya no hay diferencia entre pensar
que sin quererlo hemos cambiado,
y que ya no te conozco.

lunes, 17 de agosto de 2009

Juventud

Juventud,
divino tesoro,
esa que te hace sentirte
ruborizado,
o en ocasiones
eufórico,
en momentos compartidos
con aquellos como tú.

Juventud,
que se escapa y no vuelve,
aunque siempre
te sonríe
si la recuerdas.

Guiños locuaces,
sonrisas, tontería suma,
diversión,
amor y desdichas;
y todos parecen enormes
cuando gozas de ella.

No la mires pasar,
agárrala,
y bésala con fuerza.

domingo, 16 de agosto de 2009

Admiro

Admiro a esas gentes de carácter fuerte
que no tienen miedo de volver a empezar.

Admiro a aquellos que con sabia decisión,
se levantan, otra, otra y otra vez más.

Admiro a los que no tienen miedo a sufrir,
porque, aunque sufran,
siempre seguirán siendo ellos.

Admiro a los que siguen teniendo esperanza,
a los que tienen sueños, y aspiraciones.

Admiro a los que no se rinden, a los que siempre
te acompañan,
a los que te agarran de la mano
y no te dejan
perecer en el intento.

Volverás 2

Ya volverás.
Con la cara empapada en lágrimas.
Y un sudor frío,
volverás.

Volverás a albergar mi hogar,
mi sonrisa y mis ojos,
si pides un nuevo sueño,
y empezar desde una nueva cuna.
Mi camino será el tuyo.

¿Y quién te volverá a dar
otra oportunidad?
Está claro que yo,
porque, por si no te diste cuenta,
sé que algún día volverás.

Volverás

Ya volverás.
El día en que menos lo esperes, volverás.
Cuando tus pies estén cansados de andar,
y tus mejillas vuelvan a sonrojarse,
volverás.

Pidiendo oro del bronce,
arrodillado en espumas vacías,
con la cara entristecida
y una sonrisa mohosa,
volverás.

¿Y quién reirá ahora?
¿Quién cortará las flores secas?
Esta claro que tú no,
porque, por si no te diste cuenta,
sé que algún día, volverás.

No te quiero (reeditado)

Hoy no cogeré ese autobús que tantas veces al cielo me llevó
-y al infierno.
Hoy sí tengo el rabo entre las piernas, y las ganas entre la cabeza
-y entre el suelo.
No, no te deseo. No, no quiero quererte y debo convencerme
-de que no te quiero.
Pero cabeza loca, dile, y dime, que no le escuche, no,
-porque no debo.
Hoy no. Hoy soy yo la que debería encontrar otra vista. Soy yo la que
-mira al cielo.
No, no te deseo. No, no quiero quererte y sin embargo, hoy
-te quiero.

miércoles, 12 de agosto de 2009

El Pasado

No mires atrás, pero tampoco olvides
que el pasado siempre existe,
y que te hará recordar.

No deshagas las huellas que tus pies hicieron.
Rehazlas, pero no las intentes borrar
que los pies ya son sabios, de tanto caminar.

Sí, mira adelante con la cabeza alta,
pero no intentes tapar aquello
que te hizo crecer y madurar.

No quieras morder la suela
de tus propias zapatillas.

Untitled 7

No, no eres marea.
Ni viento ni tempestad.

No, eres rocío
de esa mañana nueva.
Eres el rayo
del sol al despertar.

Te quedas

Si todos desaparecemos
de la vida, en la muerte,
dime entonces,
¿Es que desaparecemos realmente?

Si sólo somos carne
y vísceras de nieve
que se derriten con el sol
de la vejez, dime entonces,
¿es que no somos perennes?

No y sí, qué respuestas
tan diferentes.

Si al saber que te vas,
dejas un rastro, como una estrella,
eso es que no te vas,
eso es que te quedas.

martes, 11 de agosto de 2009

Carta que nunca envié

Hola, ¿qué tal? Espero que bien.
No sabía cómo empezar esta carta, teniendo en cuenta que hace tanto que no nos vemos...

¿Qué haces ahora? ¿Sigues estudiando? ¿O trabajas? ¿Te acuerdas todavía de la cerveza que me debes? Me encantaría saber de ti, tomar una caña y charlar tranquilamente. Espero que ahora la vida te trate bien, que tu pierna se haya curado y que no tengas más problemas. ¿Qué tal está tu madre? Mándale saludos de mi parte.

¿Qué fue lo que nos pasó? Dime, ¿qué fue? ¿Por qué ya no hablamos? ¿Por qué no llegamos nunca a decirnos "te quiero"? Dime, ¿qué fue?. ¿Aún recuerdas esos días de verano, cuando yo te esperaba a la salida de la Renfe? Recuerdo el día en que desayunamos juntos y me manchaste de mantequilla. Recuerdo lo que vino después. Y ahora dime, ¿qué fue?.

Me alegraría que contestases a esta carta. ¿Tienes novia? ¿Te va bien? Yo al final sí supe qué hacer cuando desapareciste. Yo al final sí dije te quiero, aunque al final acabé pensando en ti.


No me culpes, hoy ya no, ha pasado mucho tiempo. Pero aún es fácil recordar esos besos, ese vagón de tren abarrotado de gente. Aún resulta fácil acordarme de ti.

Saludos, mucha suerte en esa, tu vida.
No diré que te echo de menos, hoy ya no, ha pasado mucho tiempo.

¿Qué pasa?

Es difícil decir que te abandonaron.
Es difícil decir "ya no te quiero".
Es difícil decir "cuando vuelvas ya no estaré aquí".
Y más difícil es pensar en que realmente,
lo dices porque lo piensas.

Si vivir fuese totalmente placentero,
si reír hiciera felices a todos,
entonces, entonces,
no habría distinciones ni colores.

¿Qué ocurre cuando tu corazón
se hace un rebujo de cables y mareas
y ya no piensas en querer
sino en el odio que te alimenta?

¿Qué harás cuando odies odiar
y solo quieras seguir siendo tú
sin que ocurran más contradicciones
de lo que valorabas realidad?

¿Qué pasa si un día te despiertas
y también odias lo que ves en el espejo?

Nunca creí

Nunca creí en los ángeles.
Porque es imposible que algo tan puro exista.

Nunca creí en el blanco,
porque acaba siempre manchado.

Nunca creí en lo nuestro
porque los purgatorios no importan,
porque tampoco creí en que el fin
justifica los medios.

Segunda oportunidad

Quizás todos necesitamos
una segunda oportunidad.
Para cambiar, para crecer
para aprender de aquello que no hicimos.
Y hoy yo te doy la tuya,
hoy yo te doy una segunda oportunidad.
Para que creas y sigas creyendo,
para que vivas lo que no viviste,
para que des lo que no otorgaste,
para que sientas aquello
que te perdiste.

En tu mano está cogerla
o dejarla volar junto al papel quemado.
En tu mano está exprimirla
o dejar que perezca
y yo, con ella.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Bla bla bla

¿Sabes esa sensación de saber lo que creías
que no sabías y de algún modo conoces?

Sí, esa que te hace pensar en algo que se avecina,
quizás inescrutable, y sin embargo, tus sentidos te dicen:
"pasará".

Como el sexto sentido, y no el de la película, pero sí
tus escamas se ponen alerta y piensas
"¿y qué haré yo?".

Eso esta noche a mí me pasó.
Y vi que las cosas no iban a funcionar.
Y sin embargo me descubro, optimista,
esperando no cansarme de la vida,
para seguir en el camino de las flores secas, y las hojas
que abandonan el nido del tronco y sí, a ese camino
sucumben.

Lo que pasa al contar

Qué ardiente es eso de estar desnudo de sentimientos,
sobre todo cuando tu corazón hecho de hojas
se desdobla y muestra su contenido y tu lector
sonríe por el pánico y por no saber qué otra cosa hacer.
Qué doloroso, y a la vez, cuanta carga despojas
de ti mismo y entregas a ese otro.
Cuánto de malo, y cuánto, de bueno,
hay en esas páginas que siempre preferiste
mantener cerradas.

No te quiero

Hoy no cogeré ese autobús que tantas veces al cielo me llevó
-y al infierno.
Hoy sí tengo el rabo entre las piernas, y las ganas entre la cabeza
-y entre el suelo.
No, no te deseo. No, no quiero quererte y sin embargo, hoy
-te quiero.
Pero no, cabeza loca, dile, y dime, que no te escuche, no,
-porque no debo.
Hoy no. Hoy soy yo la que debería encontrar otra vista. Soy yo la que
-mira al cielo.
No, no te deseo. No, no quiero quererte y debo convencerme
-de que no te quiero.