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miércoles, 23 de septiembre de 2009

Pecado

Primero fuiste un eco
albergado en mis pupilas,
una visión nocturna,
un roce en mis heridas.
--
Luego fuiste tacto, color,
alegría,
una sonrisa halagüeña,
más que un guiño,
más que una caricia.
--
Un estremecimiento,
junto a una mochila
cargada de sensaciones.
El sudor empapado
en su propio pecado.
--
Y el pecado se personalizó,
y no tuvo reparos, ni remordimientos
en sacar lo que siempre ambos
hemos llevado dentro.
--
Así fuiste fulgor,
fulgor corto, pero intenso.
Así fuiste placer carnal,
así nos fundimos
como las dunas en el tiempo.

Carnales

El agua se calienta y fluye.
El agua hierve y salpica,
y más tarde quema las palmas de las manos,
manos rojas.

Las llamas se propagan,
mueven los paisajes terrenales,
resplanceden para dejar ciego
a aquel que se atreve a mirarlas.

Y tu vista..., tu vista encoge,
hace menguar mis ojos,
me marea y empequeñece.

Cuán carnales somos,
hechos de remiendos y cuarteos de vísceras.
Que sucumbimos y rogamos,
somos pastos del tiempo
y nuestros propios deseos.

domingo, 24 de mayo de 2009

Sensaciones

Un dedo...
Se desliza interrogando entre mi frente y mis cabellos.

Mi dedo...
Se desliza tímido ente tu corazón y tu ombligo.

Esa piel suave pronto se convierte en escalofrío. Ese escalofrío pronto se convierte en vello, y más tarde, en más piel. Luego, en un susurro y en versos amotinados con color del atardecer. Cabello suave, movimientos bruscos, sensaciones contradictorias. Labios con un mismo destino y caricias perfumadas con primavera. Electricidad recorriendo mi columna. Placer secreto, sonrisas entrecruzadas.

Parecer imperturbable, perecer perturbado.

miércoles, 1 de abril de 2009

De Noche (reeditado)

Estrellas y montañas.
Blanco y azul marino.
Sonrisas, comida mal preparada.
Calcetines en el suelo.
Empieza la diferente vista
de mi propia noche en Madrid.

Vasos vacíos en una bolsa sin papelera.
Cigarrillos apagados.
Sólo una cama.
Un cordón atado a tus pantalones.
Mirada viciosa.

Desorden acumulado.
Ropa volando rauda entre risas.
Panceta, pan.
La horma de mi zapato.
La horma de tu zapato.

Una manta que siempre me quitas.
Cena de repuesto.
Películas adormecedoras.
Un "buenas noches".
Un "¿tú tampoco puedes dormir?".
Envoltorios cuadrados.

Un impacto.
Te desabrocho la boca.
Baja esa mano.
Conversación sobre experiencias.
Un "buenos días" después.

Todo esto y mucho más
son esas pocas noches nuestras
.

martes, 10 de febrero de 2009

Reclamación indecente

Con descaro
me cuelo
en ese ascensor
que baja a tu velero

Le echo un pulso
a la ironía.
Que se sorprende
si le hurto.

Entre el tumulto
de palabras
brutas, alocadas,
te usurpo

el tiempo que reclamo
como mío, para ofrecerte
ese placer
que viene en ramo.

Ramo de historias
vivientes,
hirientes llenas
de euforia.

Para quitarte
esa canción maldita
y una noche atrevida
poder darte.

Cena conmigo

Quisiera arañarte como hace el sol con sus rayos en tu cuerpo.
Quisiera tirarte al suelo y romperte sin tocarte, rozarte con mi pelo.
Quisiera desmembrarme, bifurcarme y dejarte elegir la carretera.
Diluirte en mi probeta y ser tu capricho, evaporarme para dejar que me aspires. Perderme en ti y regresar con forma humana.
Pasar por la hoguera sin quemarme, agarrarme a una nube en el cielo y arrastrarme por tu piel.
Quisiera hacerte ver que las matemáticas fallan.
Contradecir las leyes de la física, atravesar la pared y salir de mi mente.
Dejar mecerte en mi canción, sacarte de la Tierra y sentir el aire dentro de tu cuerpo.
Cerrar la noche en las estrellas colgantes de nuestro tejado.
Hundirme en el magnetismo y arrastrarte conmigo.
Átame, líame, enrédame en tu laberinto. Rebaña las sobras que queden.
Que te arraigues en mi tierra y tus ramas se esparzan.

Cena conmigo esta noche.