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jueves, 19 de noviembre de 2009

Predicción-Parte 1

Me levanté un día sin muchas ganas de caminar. Fue este jueves, o sea, hoy. Al igual que ayer. Y al igual que ayer mi perro se apelotonó entre su propio pelo moviendo el rabo, en un gesto que podía querer significar "buenos días". No eran buenos, yo lo sabía.
Además, la renfe estaba oscura a esas horas. La gente que esperaba en Nuevos Ministerios me quería quitar el sitio en el tren, y yo, por mi parte, les dejé. Sí, les dejé, me comieron y entonces mis sospechas se agudizarons:no iba a ser un buen día.

Al llegar a la facultad y comprobar que las escaleras eran frías, me rasqué las nalgas, como quien dice, y las clases se me hicieron eternas. Ese día no desayuné, echaba de menos mi croisant mientras mi amiga francesa me decía que no sabía lo que era el "calimotxo". Y entonces lo supe. Entonces me imaginé su cara. Su cara empapada en agua, en el lavabo de un baño. Mientras las gotas se deslizaban por su faz, él se miraba con actitud impenetrable en el espejo. Llevaba su chaqueta beige puesta, y ese palestino azul, y la bandolera cruzaba su hombro izquierdo. Las gotas se paraban a descansar en su barba, frías como el acero. Tenía esa mirada, esa que parece no decir nada y sin embargo da escalofríos.

Lo vi, sé que lo vi. Aunque no en persona. Y entonces lo supe: "me va a dejar", pensé. Me va a dejar. ¿Por qué? Lo desconozco.

El vello se me puso de punta, y la francesa seguía hablando, de vinos, creo. Ya no prestaba mucha atención. Pensaba en él, y en Iris, aunque no sé por qué realmente pensaba en Iris. Mi amiga, pensaba en su sonrisa, y no entendía qué tenía eso que ver con que él me iba a dejar. Era la primera vez que alguien me dejaba, y no era una buena sensación. Así que dije que me iba a casa. Me dirigí a la renfe para hacer lo único que se me da bien: huir. Y eso hice.

Pero el destino es un putero vestido de cuero y que lleva anillos de oro. Y sus furcias siempre hacen su trabajo. Así que bajé al andén, y ahí estaba él, con la cara aún mojada. Lo vi, sé que lo vi.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Cansada

Me cansé de pensar en ti.
Me cansé de agachar las orejas y sólo gemir.
Me cansé de las risas que parecían no aparecer.
Me cansé de esperar, de pensar que un día
me podrías querer.

lunes, 19 de octubre de 2009

Simplemente indescriptible

Hace años me vengo preguntando, por qué todos actúan igual.
Parece que los humanos no se cuidan,
ni se dan cuenta de lo que tienen
hasta que lo pierden o están a punto de hacerlo.

"No se puede regar la planta que ya está muerta".

Nada es seguro, yo tampoco.

Siempre creíste que me tenías esposada,
pero las cadenas carecen de valor,
si lo que se ata está hecho de humo.

lunes, 12 de octubre de 2009

No quiero saberlo

Si te escondiste en las brumas
de faldas cargadas,
calla, no quiero saberlo.

Si perdiste la esperanza,
calla, no quiero saberlo.

Si piensas que seguiré sin rechistar
y sin pedir nada a cambio,
calla, no quiero saberlo.

Si alguna vez me quisiste
y ahora no me quieres,
calla, no quiero saberlo.

Todo mengua

Si alguna vez hubo esperanza,
tuvo patas y caminó,
lejos de la luz y las llamas,
adentrándose en el mar oscuro de los años.

Si alguna vez existió amor
grande, más grande que el cuerpo y el olvido,
finalmente, sí, se olvidó,
pues todo cede a su cruel destino.

Al no recordar que alguien te quiso, lloras,
mas con más cauce llorará tu alma,
al saberla tan indefensa entre las garras de la soledad.

Soledad aquella que se siente
aún estando entre hojas y flores en su esplendor.
Soledad que ataca en buenas horas,
para convertirlas en aquellas que fueron peor.

Quizás no hubo culpables, solo el cambio,
de lo que se piensa certero, y de lo que la vida te enseña
que nunca puedes mantener.

Pues todo cambia, todo mengua,
todo se oxida al atardecer.

Toughts pronounced in low voice

Just thinking how to deal with this question
that simply takes me out of my mind.
I don´t know how I still love him,
why I hate him, at the same time.

I don´t mean to be ironic
I don´t mean to go so far.
With this little secret
diying in his arms
-and mine.

In the reverence of my thoughts,
embroidered by his charming voice,
I realize that I just don´t want
to keep these feelings to go round,
just want to ask him to leave the leaves
and leave the grass to grow up.

I know that in the future he won´t love me,
and I think I knew from the begginig.
We shall not start from scratch,
think that we won´t be able to do it,
because what can´t never forget
-is called "heart"

Sabor agrio

Leyendo lo anteriormente escrito ha venido a mí un recuerdo en semejantes circunstancias. El emplazamiento era el mencionado en la entrada anterior, aunque sí un poco más íntimo. Una tetería del centro de Madrid, que tenía un sótano lvemente iluminado. Al bajar con él, obviamente no de la mano, observé que había poca gente. Este "él" no era el "él" de la entrada anterior, no sé si mis esfuerzos por explicarme son suficientes.

Este "él" era un viejo amigo. O al menos eso creía yo. Nos sentamos a compartir penurias y secretos, pues para eso estábamos allí, otra vez sumergida en el humo de mi propia cachimba. Entre algo de comida y risas, empezó la parte que menos quería descubrir, la parte en la que las verdaderas intenciones salen a la luz. No negaré que siempre hubo tensión sexual entre nosotros, incluso cuando, en el momento en el que nos presentaron, yo estaba fielmente comprometida con alguien. Y sin embargo, ahí estábamos los dos, después de dos traumatismos amorosos.

Él se acercó, yo me aparté. "¿Qué haces?", dije, loca de mí, pues obviamente había sido indiscretamente directo. Recuerdo el momento en que no pude volver a apartarme, recuerdo el momento en que me separé pensando, o diciendo en voz alta (no lo recuerdo) "eso no está bien". Tan extraño, que años después se diese esta situación. Me sentí culpable. Esa culpabilidad que te envuelve las entrañas, quizás por el paso de los años, quizás por lo extraño de aquella situación, quizás porque no quería contárselo a nadie. No volví a sucumbir, me mantuve fuerte a pesar de la debilidad de ese momento.

Hace ya tiempo de esto, y aún me acuerdo de esa dulzura en los labios y ese sabor agrio en la cabeza.

viernes, 9 de octubre de 2009

Él miraba

Él me miraba, con ojos penetrantes, mientras esa bailarina de la danza del vientre hacía lo suyo, mientras el humo de las cachimbas inundaba la sala, él me miraba.
Me taladraba el cerebro, y yo, impasible, mantenía la mirada en un pulso insistente y secreto, aunque ambos sabíamos que era así.
Y mientras tanto yo pensaba "esto es, esto soy, no hay más, no busques". Esta soy yo y esto es lo que tengo, más allá del humo exterior sólo habrá brumas interiores. No hay más, no busques.

martes, 6 de octubre de 2009

Fauna de metro

Uno estaba ahí sentado, mirando el periódico usado por otros, y eso que sólo eran las nueve de la mañana. Llevaba un mostacho curioso, medio canoso, lustroso y con cierta gracia, y arqueaba las cejas frente a las noticias del periódico gratuito. Algo así como el Qué, o el 20 minutos.

Otro miraba el móvil, borraba mensajes y llevaba una tabla de skate en la que por detrás ponía: "Mi girl is better than yours" ("mi chica es mejor que la tuya). Su cresta era de un color verde-amarillo poco definido, y se repantingaba en el asiento ocupando el doble de su estado normal.

Justo enfrente había una chica de unos 27 años, con un abrigo rojo burdeos y una chapa gigante con una foto del Big Ben. En una mano llevaba un espejo, en la otra, el rimmel. Se pintaba las pestañas mirando hacia arriba, y con la boca abierta, gesto inequívoco de cualquier fémina que se maquilla los ojos, es imprescindible casi.

Y por último había un chaval sentado justo a mi lado, con un portatil Toshiba, que no dejaba de buscar con el Google cosas como "porno" "chicas lesbianas" "famosas desnudas", " two girls one cup" y "sexo con mulatas pechugonas". Escribía y escribía persistentemente a pesar de que el ordenador no dejaba de trasmitirle una y otra vez el mismo mensaje: "fallo de conexión".

Típica fauna de metro, si típica es lo que se puede decir de ella.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Rlato corto 4

Alberto : -¿Por qué te llaman Amor?
Amor: - Porque la mitad de mí es todo dulzura.
Alberto: -¿Y la otra mitad?
Amor: Dolor.

Relato corto 3

-Hay algo que hace mucho debí decirte. Debí decirte que ansío el día en que pueda despertarme con tu sonrisa al lado. Ya son cuatro años sin verte, y ahora lo único que quiero es verte cada día.
-Para, no sigas.
-¿Por qué?
-Porque yo ya despierto con una sonrisa al lado todos los días.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Pecado

Primero fuiste un eco
albergado en mis pupilas,
una visión nocturna,
un roce en mis heridas.
--
Luego fuiste tacto, color,
alegría,
una sonrisa halagüeña,
más que un guiño,
más que una caricia.
--
Un estremecimiento,
junto a una mochila
cargada de sensaciones.
El sudor empapado
en su propio pecado.
--
Y el pecado se personalizó,
y no tuvo reparos, ni remordimientos
en sacar lo que siempre ambos
hemos llevado dentro.
--
Así fuiste fulgor,
fulgor corto, pero intenso.
Así fuiste placer carnal,
así nos fundimos
como las dunas en el tiempo.

Carnales

El agua se calienta y fluye.
El agua hierve y salpica,
y más tarde quema las palmas de las manos,
manos rojas.

Las llamas se propagan,
mueven los paisajes terrenales,
resplanceden para dejar ciego
a aquel que se atreve a mirarlas.

Y tu vista..., tu vista encoge,
hace menguar mis ojos,
me marea y empequeñece.

Cuán carnales somos,
hechos de remiendos y cuarteos de vísceras.
Que sucumbimos y rogamos,
somos pastos del tiempo
y nuestros propios deseos.

martes, 22 de septiembre de 2009

Lo siento

No quise escuchar el murmullo que decía:
"¡calla!, ¡calla esta vez, no lo digas!"
Y la voz salió a borbotones
como espuma que humeaba en los labios.

No, la furia no me comió. Me la comí yo a ella.
Sucumbida la pasión del cabreo, ¿qué te queda?
¿Qué es lo que te queda? Dolor.

Pero no el dolor que el otro inflinge.
Sino el dolor que te infligí yo.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Ya es de noche

Ya anochece y no estás en mi cama.
Ya anochece y tampoco lo estarás.
Tras la luna asoma tu sonrisa,
clara como el agua del oasis,
clara como un pequeño manjar.

Esta noche no me iluminas,
esta noche no te esconderás
tras la almohada ni en la cama,
y sólo oiré al viento pasear
entre arbustos que te llaman.

En el cielo negro brilla,
brilla tu omnipresencia
y al mirar
las puras estrellas
esta noche te siento respirar

cerca muy cerca, y sin embargo
sé que estás lejos y que quizás
mirarás al cielo como miro yo:
con ansias de verte,
pero de verte regresar.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Lo que el tiempo dejó atrás

Ya no salimos ni entramos,
ya no caminamos juntos
ni revueltos
en la misma dirección.

Si mirábamos a un futuro
tanto tuyo como mío;
ahora sólo nos reímos
de lo que el tiempo dejó atrás.

Cuántos soles se quemaron
en las aceras de nuestros dedos,
cuántas ilusiones zarparon
en busca de nuevos vientos.

Ahora gana el desconsuelo
y la falta de lágrimas;
cuando debíamos haber llorado
por lo que el tiempo dejó atrás.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cosas inflexibles

¿No has repetido tantas veces un palabra que al cabo de un tiempo carece de sentido?
¿No has mirado tanto tiempo al mismo punto que ya no distingues nada, sino que solo observas de soslayo figuras borrosas?
Eso es lo que pasa al mismo tiempo con el espíritu, con las ganas, que se gastan y disgustan entre los mares del tiempo, y la codicia de los humanos, que, ignorantes, hacemos uso de ellas, abusando de su humildad hasta que nos interpelan por la falta de escrúpulos.
No se puede mantener el ritmo tajante a ciertos puntos de la vida, no se puede forzar el palpitar de los corazones, que aún sedientos, olvidaron cómo preguntar.
No se puede pretender decir "eternamente" porque la eternidad es sólo un momento que muere en manos ajenas, o propias, que no se iguala al ideal que siempre enseñaron a los jóvenes pupilos.
No se puede catetizar el alma y los sentimientos de los humanos, que por el simple hecho de estar compuestos de vísceras, se revuelven y atacan a sus propias ideas.

No es eso lo que busco

Lloros en mejillas pálidas.
No, no es eso lo que busco.

Cortes en las llemas de los dedos.
No, no es eso lo que busco.

Nicotina inhalada a través de los ojos.
No, no es eso lo que busco.

Palabras en direcciones contrarias.
No, no es eso lo que busco.

Incompatibilidad e incomprensión.
No no es eso lo que busco.

Que me dejes ir y no me agarres de la mano.
No, no es eso lo que busco.

¿Es que eres tú
aquello que no busco?

lunes, 24 de agosto de 2009

Espera

¿Cuándo dejé yo de ser yo
para convertirme en otra?
¿Cuándo abandoné el fértil cuerpo
y pasé al gris de la derrota?

¿Cuándo dejé de trazar ilusiones
en las aceras de tus brazos?
¿Cuándo supe que esperar no vale
si lo que se espera son los años?

domingo, 23 de agosto de 2009

Cuán corto es

Qué efímeras las llamas,
las llamas que pueblan
los oscuros interiores,
y se convierten en ascuas.

Qué cortas las marcas
de un cálido rojo carmín
que chisporrotean en la piel
y más tarde, se aclaran.

Cómo se aleja el palpitar
del corazón sediento,
suplicando por cariños
que al final se embotellan.

Cuán tenue el viaje
de salir del cuerpo
y volar por los verdes valles
para regresar y salir corriendo.

Y ahora...

No hay diferencia entre el hombre
que pasa por delante de la ventana
y tú.

No hay diferencia entre esos ojos
opacos, de un color mate,
y los tuyos.

No hay diferencia entre las palabras
de esos grandes exraños en la vía,
y las tuyas.

Porque ya no hay diferencia entre pensar
que sin quererlo hemos cambiado,
y que ya no te conozco.

lunes, 17 de agosto de 2009

Juventud

Juventud,
divino tesoro,
esa que te hace sentirte
ruborizado,
o en ocasiones
eufórico,
en momentos compartidos
con aquellos como tú.

Juventud,
que se escapa y no vuelve,
aunque siempre
te sonríe
si la recuerdas.

Guiños locuaces,
sonrisas, tontería suma,
diversión,
amor y desdichas;
y todos parecen enormes
cuando gozas de ella.

No la mires pasar,
agárrala,
y bésala con fuerza.

domingo, 16 de agosto de 2009

Admiro

Admiro a esas gentes de carácter fuerte
que no tienen miedo de volver a empezar.

Admiro a aquellos que con sabia decisión,
se levantan, otra, otra y otra vez más.

Admiro a los que no tienen miedo a sufrir,
porque, aunque sufran,
siempre seguirán siendo ellos.

Admiro a los que siguen teniendo esperanza,
a los que tienen sueños, y aspiraciones.

Admiro a los que no se rinden, a los que siempre
te acompañan,
a los que te agarran de la mano
y no te dejan
perecer en el intento.

Volverás 2

Ya volverás.
Con la cara empapada en lágrimas.
Y un sudor frío,
volverás.

Volverás a albergar mi hogar,
mi sonrisa y mis ojos,
si pides un nuevo sueño,
y empezar desde una nueva cuna.
Mi camino será el tuyo.

¿Y quién te volverá a dar
otra oportunidad?
Está claro que yo,
porque, por si no te diste cuenta,
sé que algún día volverás.

Volverás

Ya volverás.
El día en que menos lo esperes, volverás.
Cuando tus pies estén cansados de andar,
y tus mejillas vuelvan a sonrojarse,
volverás.

Pidiendo oro del bronce,
arrodillado en espumas vacías,
con la cara entristecida
y una sonrisa mohosa,
volverás.

¿Y quién reirá ahora?
¿Quién cortará las flores secas?
Esta claro que tú no,
porque, por si no te diste cuenta,
sé que algún día, volverás.

No te quiero (reeditado)

Hoy no cogeré ese autobús que tantas veces al cielo me llevó
-y al infierno.
Hoy sí tengo el rabo entre las piernas, y las ganas entre la cabeza
-y entre el suelo.
No, no te deseo. No, no quiero quererte y debo convencerme
-de que no te quiero.
Pero cabeza loca, dile, y dime, que no le escuche, no,
-porque no debo.
Hoy no. Hoy soy yo la que debería encontrar otra vista. Soy yo la que
-mira al cielo.
No, no te deseo. No, no quiero quererte y sin embargo, hoy
-te quiero.

miércoles, 12 de agosto de 2009

El Pasado

No mires atrás, pero tampoco olvides
que el pasado siempre existe,
y que te hará recordar.

No deshagas las huellas que tus pies hicieron.
Rehazlas, pero no las intentes borrar
que los pies ya son sabios, de tanto caminar.

Sí, mira adelante con la cabeza alta,
pero no intentes tapar aquello
que te hizo crecer y madurar.

No quieras morder la suela
de tus propias zapatillas.

Untitled 7

No, no eres marea.
Ni viento ni tempestad.

No, eres rocío
de esa mañana nueva.
Eres el rayo
del sol al despertar.

Te quedas

Si todos desaparecemos
de la vida, en la muerte,
dime entonces,
¿Es que desaparecemos realmente?

Si sólo somos carne
y vísceras de nieve
que se derriten con el sol
de la vejez, dime entonces,
¿es que no somos perennes?

No y sí, qué respuestas
tan diferentes.

Si al saber que te vas,
dejas un rastro, como una estrella,
eso es que no te vas,
eso es que te quedas.

martes, 11 de agosto de 2009

Carta que nunca envié

Hola, ¿qué tal? Espero que bien.
No sabía cómo empezar esta carta, teniendo en cuenta que hace tanto que no nos vemos...

¿Qué haces ahora? ¿Sigues estudiando? ¿O trabajas? ¿Te acuerdas todavía de la cerveza que me debes? Me encantaría saber de ti, tomar una caña y charlar tranquilamente. Espero que ahora la vida te trate bien, que tu pierna se haya curado y que no tengas más problemas. ¿Qué tal está tu madre? Mándale saludos de mi parte.

¿Qué fue lo que nos pasó? Dime, ¿qué fue? ¿Por qué ya no hablamos? ¿Por qué no llegamos nunca a decirnos "te quiero"? Dime, ¿qué fue?. ¿Aún recuerdas esos días de verano, cuando yo te esperaba a la salida de la Renfe? Recuerdo el día en que desayunamos juntos y me manchaste de mantequilla. Recuerdo lo que vino después. Y ahora dime, ¿qué fue?.

Me alegraría que contestases a esta carta. ¿Tienes novia? ¿Te va bien? Yo al final sí supe qué hacer cuando desapareciste. Yo al final sí dije te quiero, aunque al final acabé pensando en ti.


No me culpes, hoy ya no, ha pasado mucho tiempo. Pero aún es fácil recordar esos besos, ese vagón de tren abarrotado de gente. Aún resulta fácil acordarme de ti.

Saludos, mucha suerte en esa, tu vida.
No diré que te echo de menos, hoy ya no, ha pasado mucho tiempo.

¿Qué pasa?

Es difícil decir que te abandonaron.
Es difícil decir "ya no te quiero".
Es difícil decir "cuando vuelvas ya no estaré aquí".
Y más difícil es pensar en que realmente,
lo dices porque lo piensas.

Si vivir fuese totalmente placentero,
si reír hiciera felices a todos,
entonces, entonces,
no habría distinciones ni colores.

¿Qué ocurre cuando tu corazón
se hace un rebujo de cables y mareas
y ya no piensas en querer
sino en el odio que te alimenta?

¿Qué harás cuando odies odiar
y solo quieras seguir siendo tú
sin que ocurran más contradicciones
de lo que valorabas realidad?

¿Qué pasa si un día te despiertas
y también odias lo que ves en el espejo?

Nunca creí

Nunca creí en los ángeles.
Porque es imposible que algo tan puro exista.

Nunca creí en el blanco,
porque acaba siempre manchado.

Nunca creí en lo nuestro
porque los purgatorios no importan,
porque tampoco creí en que el fin
justifica los medios.

Segunda oportunidad

Quizás todos necesitamos
una segunda oportunidad.
Para cambiar, para crecer
para aprender de aquello que no hicimos.
Y hoy yo te doy la tuya,
hoy yo te doy una segunda oportunidad.
Para que creas y sigas creyendo,
para que vivas lo que no viviste,
para que des lo que no otorgaste,
para que sientas aquello
que te perdiste.

En tu mano está cogerla
o dejarla volar junto al papel quemado.
En tu mano está exprimirla
o dejar que perezca
y yo, con ella.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Bla bla bla

¿Sabes esa sensación de saber lo que creías
que no sabías y de algún modo conoces?

Sí, esa que te hace pensar en algo que se avecina,
quizás inescrutable, y sin embargo, tus sentidos te dicen:
"pasará".

Como el sexto sentido, y no el de la película, pero sí
tus escamas se ponen alerta y piensas
"¿y qué haré yo?".

Eso esta noche a mí me pasó.
Y vi que las cosas no iban a funcionar.
Y sin embargo me descubro, optimista,
esperando no cansarme de la vida,
para seguir en el camino de las flores secas, y las hojas
que abandonan el nido del tronco y sí, a ese camino
sucumben.

Lo que pasa al contar

Qué ardiente es eso de estar desnudo de sentimientos,
sobre todo cuando tu corazón hecho de hojas
se desdobla y muestra su contenido y tu lector
sonríe por el pánico y por no saber qué otra cosa hacer.
Qué doloroso, y a la vez, cuanta carga despojas
de ti mismo y entregas a ese otro.
Cuánto de malo, y cuánto, de bueno,
hay en esas páginas que siempre preferiste
mantener cerradas.

No te quiero

Hoy no cogeré ese autobús que tantas veces al cielo me llevó
-y al infierno.
Hoy sí tengo el rabo entre las piernas, y las ganas entre la cabeza
-y entre el suelo.
No, no te deseo. No, no quiero quererte y sin embargo, hoy
-te quiero.
Pero no, cabeza loca, dile, y dime, que no te escuche, no,
-porque no debo.
Hoy no. Hoy soy yo la que debería encontrar otra vista. Soy yo la que
-mira al cielo.
No, no te deseo. No, no quiero quererte y debo convencerme
-de que no te quiero.

viernes, 31 de julio de 2009

Relato corto 2

Me fui a enamorar de la persona más interesante y más complicada.
Y así es como pienso en que todo tiene su precio.

lunes, 27 de julio de 2009

En ese inmenso mar


Quítame estas ganas de saltar al vacío,
De correr sin sentido
por la vida que no vivo,
de romper con mis dedos el frío cristal.

Quítame las vendas de llorar cuando río,
de perecer en ese intento
intenso, pero muerto
de esas cartas que nunca pude mandar.

No me des más ríos de lloros rojos
de miradas perdidas
colmados de penurias
déjame que desempañe mis ojos.

Dame todo aquello
que jamás pudiste dar;
dame esas sensaciones,
que aunque cansadas,
siempre pueden regresar.

Para que sienta que estoy viva
y coleando en ese inmenso mar
-como el tuyo.

domingo, 26 de julio de 2009

En este mundo los hay

En este mundo

Hay algunos que miran al cristal empañado
y no ven más que la perspectiva borrosa
de ese mundo poco claro.

Hay algunos que rompen reglas, saltan puentes
-y barreras
y en consecuencia, dan la piel y el alma.

Hay algunos que bostezan y se quedan embarazados
de remordimientos y botellas medio vacías.

Hay otros que bostezan y después abren los ojos
y en esa botella medio llena ven un barril colmado.

Hay algunos que pelan naranjas para no deshojar margaritas,
y en las tardes de verano se encierran y bajan la persiana.

Hay unos a los que el frío les cala los huesos, y en las cañas
de pescar son ellos el anzuelo, los peces, tiburones que deboran sus ganas.

Y los hay que pierden los olores y los confunden con colores.
Las sonrisas se abstraen y se pierden
entre la pared de un papel pintadio deshilachado.

También los hay que salen a las noches de invierno desnudos,
y agrandan sus sentidos levantando los ceñidos puños.

Los hay que lloran, los hay que ríen, los hay que viven
en ilusiones de papel maché,
los hay que llevan arena en los calcetines,
los hay que gritan y no temen hacerlo.

Hay algunos que corren y viven bajo aspersores de alegría,
los que tatúan los mejores momentos debajo de la piel,
los hay que sacan una risa del estómago
y los hay que se deprimen por momentos.

Hay otros que se esconden por temor a ganar,
los hay que se esconden por temor a perder,
y hay otros que no se esconden por falta de miedo.

miércoles, 22 de julio de 2009

No.
Hay que saber decir que no.

No, no salgas a esa lluvia
que sangra y rasga,
y en tu equinocio,
te mira y coarta.

No, di que no a la falta,
la tortura de "hoy miento",
al descuento de sentimientos.

No, el tren de la agonía
hoy por fin se para,
porque los ojos
a tus propios pies
-miran.

No, que ese vaso no se llene
de rencores mal medidos,
de golpes y fracasos
o remordimientos perseguidos.

No. No.

Sal y vive tu vida,
que los otros te miren.
Sí, te miren, pero siempre camina
con la cabeza bien alta.

sábado, 18 de julio de 2009

Sentimientos y personas

Es curisoso el poder
que tienen los sentimientos
sobre una mente un poco desgastada.

Cómo fluctúan por el cerebro,
con remos inundados de pinchos,
con barcas llenas de agujeros.

Sí, los sentimientos cambian,
los sentimientos evolucionan.
Por nosotros y por ellos.

Y es extraño que el interés
también pueda llegar a ser
algo pasajero.

Como la adolescencia.

La desgana, el suicidio
de la confianza,
o de la entrega,
quizás se convierten en compañeros.

Cambian. Cambian, cambian
como las personas que los albergan.
Salen por esas puertas
que parecían blindadas.
Se pierden y se alejan.

Cuán ridículo y extraño
es saber que somos presas,
y a la vez, cuán reconfortante
cuando ellos te ciegan.

Y en esa red social, todos salimos y entramos.
Todos nos crecemos, y a la vez menguamos.
Salimos de una vida y entramos en nuevas relaciones,
en nuevos estados de ánimo.

Todos actuamos en beneficio,
todos perjudicamos al prójimo.

Uno debe vivir.

Uno no debe depender de nada ni de nadie.
Uno debe saber lo que quiere.
Uno debe superar sus miedos.
Uno debe ser fuerte.
Uno debe tener confianza.
Uno siempre debe mirar al frente.

Estas son algunas de las cosas que nos enseñaron. Estas son algunas de las cosas que yo aprendí y no siempre puse en práctica. Pero hoy sé que el egoísmo, aunque siempre enseñado como algo con connotaciones negativas, en realidad, en su más pura esencia, no es malo. El egoísmo es quererse, el egoísmo es no dejarse pisar, el egoísmo es saber qué nos conviene.

El ser humano debe ser autosuficiente, porque nuestro cuerpo y nuestra menta están creados para ese fin. Sin embargo, siempre hay losas en el camino que se agrandan, se cargan a nuestras espaldas y se introducen en nuestras posaderas. Aún con esto, hoy yo sé cuidar de mí misma. Hoy mido mi entrega hacia otros para concentrarla más en mí, si bien depende de a qué otros nos referimos.

En definitiva, vivo mi vida, no la de los demás. Vivo para mí en ciertas facetas. Basta ya de entregarse por completo, basta ya de enfocar los ojos en cuerpos ajenos, basta ya de tantos esfuerzos mal valorados. Basta ya de colmar de atenciones al personal, a un personal ingrato. Con esto no pretendo convertirme en alguien que no se preocupa por los demás, sino que hay que saber cuándo hacerlo.

Uno debe vivir su vida.

martes, 7 de julio de 2009

Sentimientos

El cariño no cree en las distancias.
El cariño no saca púas entre los dedos.
El cariño se forja a sí mismo.

El cariño se comparte, se expande y se desvanece
pero siempre se recuerda o renueva.


El corazón no entiende de razones.
El corazón no sabe qué depara el futuro.
El corazón intimida y se hace el tímido.
El corazón fabrica llamas y rimas,
y pasea con dolor e ilusión de ambas manos.


El odio no conoce perdón.
El odio no sabe de cielos cristalinos.

El odio expande dardos.
El odio te hace permanecer vivo
en la muerte interna de la vida.


El amor no sabe de fronteras.
El amor no sabe que puede haber desilusión.
El amor se alía con la necesidad.
El amor se alía con las vendas.
El amor no quiere y a la vez quiere
ser amigo del anterior.

La falta provoca lágrimas.

La falta es grande en potencia.
La falta brilla, brilla la ausencia
con tintes normalmente negros.
La falta rompe cuerpos y virtudes.

Los remordimientos son cargas pesadas
con las que cuesta caminar.
La ira es, a veces, incontrolable.
El hambre es, a veces, perenne.
El silencio aporta tanto como
puede llegar a arrebatar.
La soledad inunda,
la soledad es mala compañía querida.
La tristeza no te saca a pasear,
puede parecer que te abandona y luego
volver para agarrarte de la mano.
El anhelo de otro cuerpo alimenta.
La esperanza ilumina.
La ilusión reconforta
y los regalos no materiales
hacen sonreír por dentro
- y por fuera.
La vuelta te hace saltar
y los sueños nutren
y te ponen en el camino.



Hay tantas emociones
que es fácil ser presa,
presa de ellas.

Desorden Ordenado

3.-

Bajo ese cielo estrellado me dijiste que me querías.
En ese suelo empedrado empezamos a caminar,
en ese suelo de alquitrán y desvergüenzas.
Y la limonada me supo dulce,
y la limonada me dio calor.


1.-


Y pusiste en mis labios los tuyos tan dulces.
Y mi boca anunció una sonrisa poco premeditada.
Aspiramos el olor de las amapolas,
cuando la cucharilla giraba alrededor
de un té para dos.
Dos locos muy cuerdos,
dos cuerdos muy locos
que empezaron a pasearse bajo el sol.



2.-


Sí, no dudo de esos días,
de ese día en que nos sentamos en un banco.
De ese día en el que me puse tu camisa.
De ese día en que hiciste un nudo
de corbata en mi pañuelo.
Y después me quedé tu libro,
esperando quedarme con tu corazón
también.


4.-


Cogí aliento, y tú respiraste.
Te miré, preguntaste si yo te quería.
Y de la nada salió el todo.
Y atardeció en el tapiz blanco,
para hidratar paredes secas.
Y hubo un pájaro verde esperando
en la ventana.



5.-

Así pensé que no quería pensar
en cuán lejos llegaría.
Sólo pensar en tu mirada
bajo la mía, bajo la mía.

Si crías cuervos

Las noches estrelladas
no se aprecian en Madrid,
ni en tu cama ni en la mía.
Porque las nubes de otoño
salpicaron el verano ecuestre.

Tus calcetines chorrean
junto a las sombras de mi tanga.
Tus sonrisas se pierden,
y se nublan, escasas.
Y mis bases a tus rimas
- descansan
en las novelas no escritas.

Mi papel de ajo se cuartea
junto al brillo de tus ojos.
Y el fracaso ya huele
como huele la distancia.

Los patrones no funcionan
si crías cuervos.
Cuervos que fueron fruto de ti
y de mí.

Me gustaría pensar que una golondrina sí hace la primavera.

viernes, 26 de junio de 2009

Adiós al Rey

Ayer llegué a casa, y tras una breve interpelación con mi padre me fui a la cama a leer mi libro actual. Mi padre siempre se pone la radio para dormir, y bajo ese ruidillo adormeciente escuché algo que me hizo abrir los ojos sobremanera. Al principio creí que sólo estaban hablando de que le habían ingresado. De que le operaban...

Pero no. Había muerto. Ha muerto.

Nació el 29 de agosto del 58. Pero no nació solo. Con él nació un estilo, con él nació una multitud, con él nació un tipo de baile, o varios, con él nació la música que mueve masas. Con él nacimos muchos, antes o después. Con él yo sonreí, reí a carcajadas, lloré, pero sobre todo: bailé hasta la saciedad. Por él me compré esos guantes blancos y empleé horas y horas delante de la pantalla rebobinando y volviendo a poner sus videoclips para memorizar sus pasos. Y los pasos de tanta gente.

Y todavía tenía la ilusión de verlo en directo, pero ya no se cumplirá. Lo peor de todo esto no es sólo la falta, o la pérdida de una oportunidad para conseguir su entrada, no. Lo peor es que ahora atacan a su vida personal aún más si cabe. No paro de ver la imagen de su hijo medio colgando en el balcón, de oír cuantas veces se casó y se divorció, de qué pasó en Neverland, y toda ristra de sandeces soeces que ya poco importan. Por favor, que le dejen descansar en paz. Todo el mundo comete errores, pero ahora los ojos no deberían centrarse en su vida privada, sino en el derroche de talento, en tantos cuerpos moviéndose a su son, en tantas imitaciones... En fin, en su vida como artista, eso es, como Artista. Farewell to the King.

Muere un Gran Artista. Muere Michael Jackson.


http://www.youtube.com/watch?v=_ix9GlHZdWY
http://www.youtube.com/watch?v=QaGoKczNndc
http://www.youtube.com/watch?v=AtyJbIOZjS8
http://www.youtube.com/watch?v=En-cHBv7UpA
http://www.youtube.com/watch?v=07v6tB_OLR8&feature=PlayList&p=01CB2F76F8D0F3B3&index=11&playnext=8&playnext_from=PL

lunes, 22 de junio de 2009

Todo lo que me gusta

Me gusta el sonido de las cuerdas de la guitarra, y cuando posas la palma de la mano para pararlo y suena a hueco.

Me gusta el olor a hierba mojada, a tierra mojada, a ropa mojada, y el sonido de la lluvia. Me gusta mirar por la ventana mientras llueve, y deslizar un brazo tímido por la ventana, sentir su tacto, el tacto de las nubes condensadas. Cuando la lluvia me cae en la cara.

Me gusta esa cana que descubrí el otro día en tu pelo.

Me gusta cuando mi amigo canta cerca del timbre de casa y sin que lo toques suena por la vibración de su voz. Me gusta cuando suena cuando cantamos los dos a la vez. Me gusta el sonido de su risa. Me gusta el sonido de la risa de Iris cuando tiene algo en la boca y no puede tragar porque se ríe.

Me gusta esa camiseta gris de cola-cao que uso para dormir y que recuerda una fecha en la que yo ni siquiera existía.
Me gusta el color de las mejillas de las gemelas, cuando proliferan muchas carcajadas seguidas. Me gusta ese rojo y me gusta cuando me cogen por los hombros.
Me gustan las caras que ponen los niños cuando algo no les gusta.
Me gusta el pañuelo que me regalaste.
Me gusta el Baileys.
Me gusta cuando me cogéis de la mano.
Me gusta como Maryam saluda por teléfono.

Me gusta cuando Edu me menda un mensaje al móvil en inglés.
Me gusta cocinar para los demás.
Me gusta cuando la gente no tiene miedo a ser sincera,
me gusta cuando la gente sabe pedir perdón.
Me gustan los días nublados.
Me gusta quitarme los calcetines después de un día largo.
Me gusta meter un trocito de chocolate Valor en el congelador antes de comerlo.
Me gusta cocinar postres.
Me gustan las figuritas de pitufos.
Me gusta el sonido de las tijeras de entresacar.
Me gusta el sonido de tu cinturón cuando se desabrocha.
Me gusta reventar el papel de burbujas que envuelve las cosas de porcelana.
Me gusta pasar la mano por el césped húmedo.
Me gusta la foto en la que Adri sale con mi marioneta de colores.
Me gusta el sonido de la cuchara en la taza de café.
Me gustan los pijamas de invierno grandes con dibujitos.
Me gustan los huesitos, los batidos del Palazzo.
Me gustan las magdalenas de tamaño muy chiquito, y los cruasanes.
Me gustan las velas rojas, los teleñecos y Calvin and Hobbes.
Me gusta recibir mensajes al móvil.
Me gusta fumar de la cachimba, me gusta oler el tabaco antes de usarlo.
Me gustan las sábanas de colores, el aspecto de las cerezas.
Me gusta cuando vienes a visitarme simplemente porque te apetece.
Me gusta cuando se cabrean conmigo y me lo dicen.
Me gusta recordar anécdotas con mis amigos.

Me gusta cuando me dan un abrazo inesperado.
Me gusta tirarme a por mis amigos sin avisar.
Me gusta cómo se ríe Fer cuando algo que no esperaba le hace gracia.
Me gusta sentarme debajo de un árbol.
Me gusta tu pelo, alborotarlo. Me gusta cuando te ríes. Me gusta cuando dices "mrrr mire usted". Me gustó el día en que viniste en traje y cenamos en un Pans & Company.
Me gustan las atracciones aunque siempre insulte a su creador.
Me gusta jugar a los videojuegos de cuando era pequeña, con esos gráficos pésimos pero tan familiares.
Me gustó ese "te quiero" que dijiste el otro día.
Me gusta cuando oigo que me llaman "Nana" o "Anilla".

Me gusta quedarme con las pulseras del Parque de Atracciones.
Me gustan los sonidos que hace mi perro.
Me gusta el nombre "Gustavo", me gusta el nombre "Luján".
Me gusta estirarme cuando estoy tumbada en la cama.
Me gusta el olor de la mantequilla mientras se derrite.

Me gusta el olor del aceite de oliva virgen extra.

Me gustas tú.
Me gustáis vosotros.

Nieva azúcar

Ellos salieron de la espuma del mar, de las conchas que susurraban y de las cometas en la arena.
Ellos salieron de la nieve en las cimas, de los cipreses y las violetas, de los zorros, del aullido de los lobos a las tres de la madrugada.
Ellos salieron de un último piso, de esas vidrieras relucientes, de una capilla, de un centro comercial, del agua clorada, del agua mineral embotellada, de las cuerdas de una guitarra.
Ellos salieron de las dunas, de los halcones, de las serpientes de cascabel, de un oasis perdido en medio de la nada.

Y después se disolvieron con agua dulce. Más tarde se evaporaron, y por eso es que nieva azúcar. Ese azúcar traspasa cualquier cuerpo, y cualquier corazón. Porque llena y reconforta, y aunque a veces hiere salir y sentir ese frío que la nieve siempre conlleva, merece mecerse bajo las nubes. Merece la pena, merece el esfuerzo.

Ellos son mis amigos. Simplemente ellos, que nievan, y truenan a veces, pero sobre todo... Son el azúcar que todo café debería tener.

martes, 9 de junio de 2009

Relato corto 1

Ya le había visto otras veces. Muchas otras, con esa cara de niño, y esas pecas en las mejillas. Sin embargo, ese día le miraba de manera distinta. Presa de sus emociones, se acercó a él, le estrujó entre sus manos, y le exprimió hasta que el último suspiro salió en busca de la libertad.

lunes, 8 de junio de 2009

El librito

Hoy recordé algo que tenía guardado. Al fondo, muy al fondo de ese cajoncito, si se puede llamarlo así, que hace las veces de cajón desastre. No sé por qué mi mente hoy a ido a parar con ese recuerdo, con ese librito pequeño que, según cabe suponer, ha pasado por tantas manos. Si lo abres, con cuidado pues es viejo y tiene reúma, se ven las anotaciones salariales de un médico.

Pone: "El presente libro pertenece a Jose Codina, de profesión médico, que firma como contribuyente por la Industrial". Año 1936. Tras cinco o seis hojas la letra cambia, y el color del bolígrafo también. Y la fecha. 1972. A partir de aquí, se convierte en el diario de mi padre. Anotaciones en bolígrafo azul de cómo eran sus días, y aunque él era joven, de cómo intentaron ligar por primera vez con unas chicas a la puerta de la iglesia. Intento infructuoso si sigues leyendo. Pillastre, ¿cómo conseguirías el cuadernito? ¿Se lo robaste al médico?

Lo conseguí siendo no muy mayor, cuando todavía poseía un trocito de infancia en la vesícula. Por absurdo que parezca, siempre lo guardo, con gran ilusión y regocijo. Por absurdo que parezca siempre lo entierro, para al acordarme de él, despertar otra vez ese brillo en los ojos, como si fuera otra vez la primera vez que lo descubro. Aunque no sea un tratado de historiador, ni la historia de ningún bucanero, es un reflejo de la sociedad de aquel entonces. Son las palabras de un niño. Más aún, son las palabras de mi padre, ese hombre al que yo ya conocí como hombre y no como niño.

Son estas cosas las que hacen que, de alguna manera, reflexionemos sobre la vida que nos rodea, y despeguemos ese chicle baboseado de la mesa para luego darnos cuenta de que no es un chicle, sino una perla. Es uno de mis más preciados tesoros. Eso es, no un cuadernillo, es un tesoro.

Ira

Ira: pasión violenta de indignación y enfado, deseo de venganza, furia, violencia.

Anger: strong emotion that you feel when you think someone has behaved in an unfair, cruel or unacceptable way.

La Ira. Para mí esta palabra siempre se relacionó con la rabia o el odio, o la enajenación mental transitoria. Sobre todo con la rabia. Es una llamarada que te quema el cebrebro, como una tarde de julio en la lengua, que no te permite hablar con propiedad, que te cosume, que te pertenece y al que perteneces, como el odio. Entregas tu cuerpo, normalmente involuntariamente, para que ella actúe con él como crea propio, y eso suele ser de una manera desgastadora, putrefacta, como las flores quemadas que se deshojan solas. En contraposición a esto, siempre pensé en las palabras felicidad, agrado y bienestar. Aunque el método para la vida de mucha gente se concentra en obtener el bienestar liberando su cuerpo a la ira, entregándolo para obtener un desahogo. Como cuando quedas exhausto depués de una carrera.

Ahora que miro por la ventana me atrevería a comparar la ira con ese viento furioso, furioso es la palabra, que arremete contra las ramas de esos pobres árboles, que no han hecho más que tenerse en pie, como los humanos. Volátiles humanos, que se dejan dominar e influir por lo que comunmente se conoce como sentimientos. Esa es la debilidad de nuestra raza, lo que nos pincha hasta reventar el globo de la calma, lo que nos arranca del suelo con fuerza estrujando los puños en señal de reto al de enfrente. Siempre asocié la ira con el color rojo, con el número 13, con ese coche de la acera de enfrente, rojo también, con los colmillos del lobo. Es curioso que también asocie este color con el amor.

domingo, 7 de junio de 2009

Maleza (reeditado)

Siempre que callas y no otorgas
más que el propio Silencio,
yo hundo la cabeza en la tierra mojada
y Espero.

Sí, al fin entendí el tipo de bronce en el que te forjaste,
pero las Palabras no engañan, y a veces se Sobreponen
a la inercia de la línea dibujada.

Si en esa puerta de madera no se oyen,
ni se oirán,
los Golpes guiados por esa muñeca, entonces...

La Maleza crecerá, cubriendo el Umbral
en el tic-tac del Desgaste, para que, sin que se ponga remedio
nadie ose adentrarse, pero tampoco salir entre ella.

Las Espinas dañarán las huellas dactilares
y las pupilas de quien mire por la mirilla,
y ensangrentarán la Complicidad
y reñirán con el Sentimiento.

La Niebla oscurecerá nuestras miradas
sin que tú la hagas desaparecer entre tus dedos.

La Lejanía se unirá a ese "ya es Tarde",
cumplirá la tarea asignada
y la Desilusión me abrazará como una madre abraza a un hijo.

Con un libro


Con



un



libro



podemos....



...Beber


ideas.

sábado, 6 de junio de 2009

Untitled 6

Ellos dicen que no podrá olvidar. Le pasan el brazo por encima, pero aseguran que no podrá olvidar aquello que le alimentó y le mantuvo caliente.
Con una sola frase quisieron que interpretara que el rencor no es buena tierra para construir un hogar, que el perdón siempre tiene su lugar. Pero él sólo bajó la cabeza y silenció sus pensamientos. No juzgaron, no, pero la vida es mucho más que folios escritos por una sola cara.

Lo que no saben, amigos,
es que no hay calmantes que plieguen
el dolor del corazón.

Maleza

Siempre que tus silencios no otorgan
más que el propio silencio,
yo hundo la cabeza en la tierra mojada
y espero.

Sí, al fin entendí el tipo de bronce en el que te forjaste,
pero las palabras no engañan, y a veces se sobreponen
a la inercia de la línea dibujada.

Si en esa puerta de madera no se oyen,
ni se oirán,
los golpes de una frágil muñeca, entonces...

La maleza crecerá, cubriendo el umbral
en el tic-tac del desgaste, para que, sin que se ponga remedio
nadie ose adentrarse, pero tampoco salir entre ella.

Las espinas dañarán las huellas dactilares
y las pupilas de quien mire por la mirilla.

La lejanía cumplirá la tarea asignada
y la desilusión me abrazará como una madre abraza a un hijo.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Verruga en la cara

En aquel lugar donde se esconden las sombras
y el factor sorpresa está sobrevalorado.
En aquel lugar donde todo el mundo
corre en pelotas, por creerse más bellos.
En aquel lugar donde se reniega
de lo que el cuerpo pide.

En aquel lugar donde se retienen
en las escafandras los sentidos.
En aquel lugar donde se hiere en el alma
como si te insultara un hermano.
En aquel lugar donde el delirio y la conmoción
son el plato principal...

En aquel lugar estoy yo.
Desvalijada, y no en pelotas.
Todo el mundo mira y señala,
como a una gran verruga en la cara.

domingo, 24 de mayo de 2009

Sensaciones

Un dedo...
Se desliza interrogando entre mi frente y mis cabellos.

Mi dedo...
Se desliza tímido ente tu corazón y tu ombligo.

Esa piel suave pronto se convierte en escalofrío. Ese escalofrío pronto se convierte en vello, y más tarde, en más piel. Luego, en un susurro y en versos amotinados con color del atardecer. Cabello suave, movimientos bruscos, sensaciones contradictorias. Labios con un mismo destino y caricias perfumadas con primavera. Electricidad recorriendo mi columna. Placer secreto, sonrisas entrecruzadas.

Parecer imperturbable, perecer perturbado.

Ellas se acercan (reeditado)

¡Shhh!
Calla.
No hables.
Que nos oyen.

Nos miran, inquietas y punzantes.
Nos taladran con sus miradas frías.
Calla, no hables, si ya sé lo que pasó.
Quédate a este lado de la puerta.

Un hilo de cerveza
ahora surca la almohada
deshaciéndose estrecha
en un riachuelo hacia el suelo.

Y ellas lo saben, y murmuran.
Y ellas nos pinchan
un poco más
para alargar las lágrimas.

Parece que sonríen en el reflejo del cristal.
O saludan con la mano desde la calle.
Se aproximan intimidantes,
y por cada paso que dan ahora
se convierten en entes más grandes.

Si caminan sincronizadas
parece que ya no dejan
al oxígeno ni la esperanza pasar.

Aumentan con tus palabras
y tus actos malolientes.

Aumentan con mi tristeza
y mi falta de comprensión.

Son aquellas ganas
de dejar lo nuestro y abandonar.

sábado, 23 de mayo de 2009

Si me atreviera a decirte...

Si hubiera una palabra que describiera
lo que siento y lo que eres, la usaría en mis amaneceres y en mis atardeceres.

Si alguna vez te dijera que te necesito,
que me cuesta ver cada día mi cama sin tu contorno en ella,
no te mentiría.

Si alguna vez me atreviera a decirte
que mis pies andan por un solo motivo
y que mi vida se escapa por dentro de tu camisa,
no te mentiría.

Si alguna vez no callara, y te dijera
que mis sonrisas siempre van a ti dedicadas
y que entendí el significado de las palabras por ti,
sería cierto.

Porque es ahora cuando he aprendido
que la felicidad no se mide con termómetro ni cinta,
se mide por cada palmo de tu cuerpo.

Los ratones

Es difícil comprender
que la vida te haga florecer
y perecer en el mismo campo de amapolas.

Resulta extraño saber
por qué lo malo siempre resulta
más fácil de decir.

Es complejo razonar
el que el amor y el odio estén tan cercanos.

Nunca entendí por qué
los ratones tienen rabo.

De un tiempo a esta parte

De un tiempo a esta parte he comprendido
que las esperanzas son enormes listas
en las que te apuntas para comenzar
a explorar otras facetas.

De un tiempo a esta parte he comprendido
que la ilusión siempre se renueva,
se transforma y rehace a sí misma
cuando menos lo esperas.

De un tiempo a esta parte he comprendido
que la derrota nunca es completa
cuando manos ajenas se muestran
siempre a este lado del camino.

Del tiempo en que llegaste comprendí
que los sentimientos en realidad
no nos abandonan nunca.

Comprendí que no hace falta más
que una sola persona para hacerte ver
que aún se puede ser feliz.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Ellas se acercan

¡Shhh!
Calla.
No hables.
Que nos oyen.

Nos miran, inquietas y punzantes.
Nos taladran con sus miradas frías.
Calla, no hables, si ya sé lo que pasó.
Quédate a este lado de la puerta.

Un hilo de cerveza
ahora surca la almohada
deshaciéndose estrecha
por un hueco en la ventana.

Y ellas lo saben, y murmuran.
Y ellas nos pinchan
un poco más
para alargar las lágrimas.

Parece que sonríen en el reflejo del cristal.
O saludan con la mano desde la calle.
Se aproximan intimidantes,
y por cada paso que dan ahora
ya parecen mucho más grandes.

Aumentan con tus palabras
y tus actos malolientes.

Aumentan con mi tristeza
y mis ansias de saltar al vacío.

Son aquellas ganas
de dejar lo nuestro y abandonar.

martes, 19 de mayo de 2009

Es el momento

Es tiempo para hablar.
Es tiempo de desnudar el corazón
a la luz clara y nítida.

Es tiempo para lo verídico
y para la verdad.
Para el descaro
y la desvergüenza.

Es el momento
de desangrarse en aguas,
de desmaquillarse el rostro,
de expresar qué tacto tiene
el pecho desnudo.

Cuerpo

Un cuerpo feo
y lánguido.

Un cuerpo
de escombros hecho.

Como el monstruo
de Mary Shelley.

Esas piernas
que se tambalean.
Esa espina, de cuello
al final de la espalda.

Brazos inertes
y surcados de marcas.
Esos muslos
débiles y poco humanos.

Ese vientre no se desliza,
se arrastra por mareas
llenas de olas y tempestades
que ahora parecen
océanos enteros.

lunes, 18 de mayo de 2009

Y al final, los cardos

Mis ojos no miran más allá.
Mis ojos no miran porque no pueden.
Si no adivinan, mis hormonas se exaltan
cuando las mentiras o el ocultismo
ya están preparados.

En el momento en que los interiores
se enredan y traman
unos a otros con las lilas
y las rosas rojas.

Y al final, de perfil
siempre aparecen los cardos
y los dientes de león
en esas fotos en blanco y negro.

Esas piernas flacuchas y débiles
no deberían ser más
mi meta ni lo que me quite
el sueño que tanto me cuesta encontrar.

Me cansaré de esas manos
pequeñas pero astutas,
y a veces, hasta egoístas
guiadas por otros brazos
sin preocupaciones que a mí me interesen.

El divorcio de objetivos,
desligar las intenciones,
son el punto final asignado
que creo no conseguir avistar.

viernes, 15 de mayo de 2009

Lo que yo quiero, coño

Ya está bien, señores.

¡Lo que yo quiero es expresarme, como yo desee y con las acepciones léxicas o verbales que yo ose disponer, coño!

Romper las barreras de la hipocresía humana y gramatical que anida en los cráneos de tanta y tanta populación ostentosa, que posiblemente no alberga ni albergará la posibilidad de intentar ampliar su comprensión difícilmente localizable...

¡Cuán bello y maravilloso debe de ser escribir de temas tales como el sexo sin el pudor que los años imponen a las creencias que siempre se tuvieron! Presupongo que empezaré a hacerlo próximamente.

Eso es lo que yo quiero, he dicho.

Figuras sucias

Figuras sin nombre,
ni color ni lugar.
Figuras oscuras,
sucias, tapadas.

Enredan y encajonan,
se mueven y danzan
sin dejar al aire
volver a pasar.

En un cero, conspiran
y atrapan.
Mi figura
y mi energía.

Negación no cosmopolita
de tormentas -
y tormentos
surcando el suelo,
arrastrándose.

Croando el suelo
se quiebra y
corroe, de cráneos
vacíos y crujientes.

Se miran y sonríen
y por fin
se destapan
a un mismo tiempo.

Suelo croando
que se corroe crujiente
bajo mis pies.

Sin rostro ni aviso
de desconocidos
de sobra conocidos.

Miedos desnudos.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Otro sin sentido, pero verídico

Por segunda vez, y en muy poco tiempo, voy a hablar claro.

No he escrito nada decente desde hace mucho tiempo. Y lo poco decente que he escrito... Bueno, no me atrevo a publicarlo. Las expresiones directas de mis propios sentimientos son algo que mi pudor no me permite mostrar.

Quizás la gente tenga razón cuando dicen que nunca saben cómo reaccionaré, ni en que pienso, ni qué sentimientos exactos albergo de un momento para otro. Porque cambian, al igual que mis estados de ánimo. Y a veces hasta me sorprenden, incluso después de tantos años conviviendo conmigo.

Ahora me doy cuenta de algo más escalofriante: y es que mis sensaciones hacia alguien que hace lo mismo son negativas, muy negativas. Para expresarnos con total claridad: me jode la gente así, no soporto el no saber lo que piensa la otra persona. Me percaté de ello hará casi dos años, y ahora sé que, si es eso lo que me molesta, entonces debería odiarme a mí también.

¿Y por qué no? Probablemente me odie, al igual que existe la gente edonista, puede existir el rostro de lo contrario, de esa bipolaridad de la que ya he hablado. Pensaba que me odiaba por otros motivos, que esto era un punto a mi favor. Pero al verlo desde fuera... Las conclusiones son completamente distintas.

Otra estupidez nocturna que mañana no tendrá sentido.

Descuento de sentimientos

Quizás él no ve lo que yo quiero que vea.
Quizás prefiere tapar esa realidad que conoce,
pero es mejor así, si al hacerlo consigo que no se asuste.

¡Qué distintas se ven las cosas ahora,
ahora que estoy al otro lado de la línea roja!

Quizás el descuento no haga daño,
quizás sí, o quizás todo lo contrario.

martes, 12 de mayo de 2009

Tanto sentimiento

Hoy te echo de menos. No importa el por qué, lo que importa es hasta cuándo o hasta dónde.
Demasiadas sensaciones para mí, no sé si podré soportarlo. Puede que mi cerebro no esté preparado. Y sin embargo, tendría tantas ganas de besarte como de arrancarte la piel, o con mis dientes o con mi pecho.

Tanto sentimiento no puede hacer bien...

Ilusión suicida

Creo que a veces en mis sueños, despiertos o dormidos, me desdoblo, y me apeo del tren del sentido. Siento que mis dedos se extienden más allá de las ventanas oscuras de mi cuarto, y mis ojos se traducen en ilusiones traslúcidas.

En ocasones también, tengo la sensación de estar cayendo, de convertirme en parte del colchón o del suelo, de fundirme con ellos y camuflarme como un camaleón desarraigado. Pierdo mi mente, la mayoría del tiempo, y las cosas que se daban por hechos obvios pasan a ser sólo nubes heridas a punto de reventar. Si bien hay luz, no la siento, o renuncio a ella y mis ojos se decantan por taparse a si mismos.

Al final lo único que queda es el humo de mi cachimba volando entre hojas incompletas y malentendidos fortuitos llenos de desgracias fluctuantes. El jugar de las palabras, las cariocas removiéndose incansables bajo el cielo oscuro a estas horas. O los ojos se quedan fijos al techo, si lo hay.

Pero la vida parece completa, asumida, contenta.

El duende a veces me sonríe, y me otorga un poquito de su gracia y su amor sensual con cadenas de monedas árabes. Las muñecas se retuercen y convierten el silencio en sonidos agradables, pero en ocasiones pestilente. Da igual, todo daba igual.

Y así es como normalmente acaba la historia: tirada en mi cama en la penumbra, escuchando alguna canción llena de significado que me pacifique el espíritu para poder volar más allá del descanso verdadero, del sueño de esas pastillas milagrosas, bendecidas por tanta gente y maldecidas por mí, por la que se resigna a depender de ellas.

domingo, 10 de mayo de 2009

El riesgo que se corre

Hoy quizás aprendí a mirar con ojos abortivos.

Quizás aprendí a observar cualquier asunto irrisorio con la mente predispuesta, como si se tratase de burocracia formalista.
Esa sonrisa socarrona rasca el disfrute de aquello que se extraña, sin ardores pero quizás con algo llamado devoción.

Cuando se necesita el calor de una piel ajena, o de varias para poder seguir viviendo... Y aunque mis paredes se derrumben ante el suelo que mis pies pisan, sé que construiremos otro juntos.

Los rayos del sol no quemarán a la carne ya quemada.

martes, 5 de mayo de 2009

Untitled 4

Soy un palurdo con antecedentes.
Soy una cucharilla oxidada dentro de una crema catalana.
Soy un motivo sin raíz ni centro.
Soy un seguro de vida que se deshace en celos por la muerte.

Nunca fui un hombre corriente, pero tampoco uno inusual. Sin éxito y sin prenda en las manos me muevo, en el tiroteo constante de los que me delatan. No tengo teorías que sostener, ni riesgos aleatorios a los que apoyar.

Soy otra de esas personas poco agradables, o de esas víctimas, o de esos bellacos, o de una sonrisa sagaz, o de una mentira astuta. Soy lo que más quisiste que fuera y lo que más odiaste de mí. Soy lo que te hace saltar, y lo que te hace caer.

No tengo nombre, ni lo quiero. Pero me encontrarás. Me encontrarás en cualquier otra persona, en un niño, en un perro que persigue palomas o incluso en tu padre. Soy el rasgo del que nadie puede escapar, porque represento a la bondad y a la maldad humana. Verás que la bipolaridad existe, en todos los ladrillos de cualquier esquina.

domingo, 3 de mayo de 2009

El niño de la mantequilla

Él era pequeñito y risueño. Su pelo era rubio, como las flores de los campos del pueblo. Sus ojos eran del color del caramelo derretido y sus manitas daban palmas cuando algo le agradaba. Tenía una sonrisa amplia y sin marcas ancladas por un punzón de realidad. Él era un niño.

A veces cogía los periódicos de su padre, se sentaba en esa butaca que para él tenía el tamaño del universo, y miraba los titulares con aire de importancia. No lo hacía por la fachada que pudiera ofrecer sino porque siempre entendió el mundo que lo rodeaba.

Siempre supe que era diferente. Parecía tan maduro..., con esos piececitos enanos y sus camisetas de colores. Siempre supo más de lo que debía, siempre fue un niño precoz y avispado, sorprendente en sus respuestas y actitudes.

- ¡Cuéntame un cuento mamá!- me decía por las noches.- Un cuento que no termine, uno en el que los perros hablen y las princesas se casen con moteros. ¡De esos interesantes mamá!

Pero era por las mañanas cuando más me sorprendía.

En nuestros desayunos las tostadas eran clientes V.I.P.. Yo siempre colocaba el tarro de la mermelada cerca, muy cerca. Pero él nunca la utilizaba. Y un día, osada mi persona fue, pregunté a aquel chiquillo por qué no ponía mermelada en sus tostadas. Nunca se sabe cuánta sabiduría alberga incluso un cuerpo tan pequeño, porque él conestó:

-Mamá, la vida ya es demasiado extraña, y ni un niño ni una persona mayor necesitan que la endulcen sin sentido.

Es mi hijo, es tu hijo, nuestro hijo, el vuestro, o el de cualquiera que habite en cualquier cuerpo. Pequeño o grande en percha; pero seguro, grande en el interior.

sábado, 2 de mayo de 2009

Nota al lector

Nunca me gustó escribir de forma clara y transparente.

Nunca me gustó referirme a la primera persona del singular como la persona que soy yo. Nunca me gustó lo directo, lo desarmado. Me gusta lo difícil, lo complejo, y sin embargo, aquí me encuentro; hablando en primera persona y esta vez sí, hablando claro y sobre mí.

Esta será, posiblemente, la única entrada dedicada al lector que yo escriba. O al menos, eso espero, ya que las explicaciones nunca se me dieron bien.

Dicen que tengo un estilo sencillo. Dicen que soy consciente del uso de las palabras que uso. No pretendo ni una cosa ni la otra, ni todo lo contario. Las palabras salen despedidas por un agujero en mi cabeza como siempre ha sido y será. No me pararé a pensar en qué teclas estoy presionanado, porque mis dedos tienen vida propia.

Ante todo, hay que saber que muchas veces el escritor no escribe con una intención abiertamente declarada. Hay que saber que muchas veces no hay un sujeto del que se esté hablando, y que las interpretaciones posibles pueden llegar a ser infinitas, o infinitamente desconocidas.

Así mismo, debemos tener en cuenta que puede que lo que se escribe vaya dirigido a nadie. Ni si quiera tienen que estar basados en hechos propios o reales, porque para eso existe la literatura: para crear, inventar, retorcer los metros de cerebro que poseemos. Por eso, como dicen en mi universidad "no hay que postular un sujeto de la enunciación autobiográfico". Es decir, no penséis que todo lo que se escribe es lo plasmado de una experiencia que el escritor ha sufrido.

No pretendo causar una impresión determinada en un lector. Porque tampoco estoy segura de que pretenda tener lectores, si bien sé que hay gente que vagabundea por aquí y malinterpreta mis escritos. Gracias por leer, gracias por malinterpretar, de verdad.

Mi acidez, mi ironía, mi "mala hostia" como dicen algunos, es producto del libre albedrío. Si quiero escribir "cojones", escribiré "cojones". Si quiero escribir "condón", escribiré "condón", independientemente del asco visual que pueda representar eso en una mente abierta o totalmente conservadora. La misión de las palabras es que sean usadas. El asco que producen frases como "apuñálame o me sacaré los ojos" es algo que no me importa demasiado. Sencillamente porque me enseñaron a usar los recursos estilísticos, y entre ellos están, junto a los retóricos, el sentido del ritmo y otros tantos; los recursos visuales.

No pido nada al pobre lector que se pueda sentir atacado con esta declaración, jaja, no, no es mi estilo. Simplemente, disfruto con lo que hago, aunque deteste mis creaciones y muchas veces no pueda soportar su terrible repipidez.

Sin más, gracias por malgastar el tiempo en leer esto, querido receptor. Continuaré escribiendo.

Formulaciones

Preguntas, preguntas, preguntas...
La mayoría sin respuesta.

¿Por qué nos pusieron en el camino de la vida?
¿A qué estamos destinados?
¿Conoceremos el motivo de nuestra existencia algún día?
¿Estamos haciendo lo correcto?
¿Es éste nuestro camino?

Tantas y tantas formulaciones
que probablemente jamás
logremos responder sin tirarnos de los pelos.

Todos somos clientes de la Existencia.
Todos somos juguetes del Destino.

A veces, creo, es necesario sentarse a pensar.

Cuando yo estaba en el instituto, todos los jueves se oía una reflexión por megafonía, dirigida a todas las clases. Era por la mañana, todos llevábamos la legaña a escondidas, y la voz de mi profesor más existencialista y filósofo sonaba con redobles de ecos entre pared y pared.

Esas reflexiones, siempre, siempre, llevaban incluidas la frase "un momento, déjame pensar". Ahora, con una sonrisa triste, reparo en que no recuerdo ninguna de ellas. Ahora ni si quiera sé si lo seguirán haciendo. Quizás alguna de ellas podría ayudar a alguno de nosotros en estos momentos, y sin embargo, es triste no acordarse. Es triste no pensar.

Ahora es un buen momento para hacerlo.

Quizás ahora sea el mejor momento para hacerlo.

viernes, 1 de mayo de 2009

Untitled 3

No sé ni sabré jamás
cómo funciona el mundo que me rodea.

Sigo y seguiré sin entender,
por qué las emociones atacan y apuñalan,
y después curan a partes iguales.

Sigo y seguiré sin entender,
si eso que llaman destino es una obra macabra
o si la vida es la obra macabra del destino.

Quizás nunca lleguemos a comprender
que hay cosas que debes dejar marchar,
que tu camino posee sus propias raíces.

Quizás nunca veamos con los mismos ojos
a los mismos días, como cualquier otro.
Ni el rojo de mi atardecer sea
el mismo amarillo del tuyo.

Puede que las espinas se forjen a sí mismas
más profundas o más gruesas según la persona
a la que saben que van destinadas.

Había un pueblo

Había un pueblo en el que se veían sonrisas pintadas en las farolas. Había un pueblo en el que los niños jugaban con chapas y canicas, en el que los perros observaban los pollos asados, y las manzanas se vendían caramelizadas.

En ese pueblo vivían personas normales, personas, según su punto de vista, alegres. Personas que nunca se enamoraban, personas que nunca lloraban. Seres de escamas grises, negras o blancas, lejanas de cualquier urbe. Lejanas de las guerras, lejanas de las manifestaciones y de cualquier evento mundial o privado. Gentes eternas, imperturbables.

Esas personas un día descubrieron que había más por descubrir. Vieron que no habían visto lo suficiente. Y empezaron a creer, empezaron a crear. Nuevas religiones, nuevos partidos políticos, nuevas sonrisas verdaderas y nuevas mentiras.

Pronto aprendieron a querer, a amar, a sentir, a escuchar de verdad, a interesarse por los temas más existenciales, a conocer lo que significaban las palabras entrega, ilusión, cariño, amistad. Aprendieron a innovar, a ofrecer detalles envueltos en cajitas con tela de corazón.

Sin embargo, en sus vidas también entraron lo que todos llamamos el alter-ego. Aprendieron el significado de las palabras diferente, odio, desilusión, engaño, mentira y traición. Las acciones desinteresadas dieron lugar la centralización, la evolución trajo consigo a la enfermedad. La gente empezó a vivir de verdad y a morir.

La alegría brindó tristeza. La diversidad despuntó nubes barnizadas de colores ardientes. Sin embargo, también las lágrimas azotaron a los pueblerinos. Las frases se encontraron para formar bellas estrofas, y también decadentes sensaciones. Lo bueno se convertía en tentación, y la tentación a su vez, en pecado.

Todo en la vida es bipolar. Las emociones que cubren o congelan el pasado, el presente y el futuro siempre vendrán en parejas, y siempre agarradas de la mano. El mismo hecho de ser humano hace que las cosas más bellas y las más horrendas existan.

martes, 28 de abril de 2009

Amor 2

Amor.
Así lo llaman ellos.

Enchochamiento paranoide.
Así lo llamo yo.

domingo, 26 de abril de 2009

Untitled 2

Cuando se pierden las risas
y las caricias se ausentan.
Cuando las palabras ya no se oyen
tanto si se dicen como si no.

Cuando el tiempo no transcurre
más en sitios compartidos.
Cuando las historias se escabullen,
escurren y esconden...

Qué difícil será retornar.
Y volver a mirar con ojos iguales
a la situación ya nunca igual.

No se puede pretender recuperar
algo que no ofrece enlaces,
algo que se perdió entre horas
y ya, difícilmente volverá.

Cuando la confianza se aleja.

Barro y creación

Yo, que hice de la masilla, forma.
Yo, que con cincel perfilé ilusiones.
Yo, que saqué del rayo la luz.
Yo, que vi más allá de las sombras.

Tú, que del grano te hiciste persona.
Tú, el diamante todavía por pulir.
Tú, que acabaste por dar flores.
Tú, al final, la palabra inteligente.

Después de que del barro surgiera la belleza.
Después de arrastrarte en innumerables ocasiones.

Y ahora tornas y sonríes con refulgencia amarga...
Y ahora tus muecas no agradan ni imploran.
Y ahora rechazas y apuñalas a la creadora.

miércoles, 22 de abril de 2009

Estática movilidad - 1ª parte

Hoy no estás y yo también falto.
Mi cabeza se embotella en agua salada.
Hoy fracasa la correa de las ataduras
a esa realidad innovadora o flexible.

Un adorno en la pared colgado,
ya no se mueve ni transita.
Sólo decolora y difumina
la vista de esa habitación vacía.
No aporta ni aportará ahora
nombres propios o nuevas historias.

Hoy las luces de esta ciudad marchita
se apagan, distorsionan y paran.
Ya no brilla ese hilo plateado de esperanza.
Ahora sólo se deja paso a la contradicción,
a la irrelevancia de esos pensamientos
dándose empujones hora tras hora.

El taxi despojado de ruedas lleva
un contador vacío de dólares o euros.
Y la eficiencia del conductor
ya no es relevante ni oportuna.

La estática movilidad de las piernas
dormidas en camas de aire o espuma
quitan importancia al resto del cuerpo-
cuerpo inerte, de manos apagadas.
Cuerpo también estático a causa del frío
de las ventanas.




Estática movilidad - 2ª parte

El pelo se enreda entre
meñiques desafortunados.
Una cañería se atasca entre
acuerdos y desacuerdos políticos.

Todas las frases acaban por terminar
en un "sin comentarios" infructuosos.

El crío que salió de entre las vías
espera al tren que le lleve a la alegría-
al que no avisa pero a veces,
aunque se retrase, acaba llegando.

¿Se puede vivir en un túnel negro?
Con las ratas, sin llamas ni calor.
¿Se puede mantener una existencia sin dueño?

¿Cómo respirar entre el hedor del dióxido?
La víctima de la falta de oxígeno, ¿quién
será? ¿Quizás nosotros o ellos?
O, tal vez, ¿sólo yo?
Entre las casillas de un universo paralelo.

¿Quién despellejará a quién?
Quizás no se despelleje a nadie ajeno,
sino simplemente al propio cuerpo.
A uno mismo, a la mejor diana
predeterminada del crimen.

Lo que una escribe

Puede que lo que yo escribo no sea bonito.
Puede que lo que yo escribo no rime.
Puede que no sea poesía, puede que no sea prosa o que las dos anteriores sean respuestas correctas.

Puede que lo que yo escriba a veces no tenga sentido.
Puede que carezca de nexos, o que tenga demasiados.

Lo que yo escribo quizás no se pueda medir, o contar, o resumir.
Puede que se pueda tirar a la basura, o que publiquen un libro.

Simplemente, es lo que una escribe. Da igual si despierta sonrisas, arcadas, o ganas de llorar. Lo importante es que despierte algo.

martes, 21 de abril de 2009

Untitled 1

Estoy llena.

Me siento llena.

Llena de palabras inconexas. Llena de crema mohosa. Llena de tinta gastada y seca. Si al menos supiera que pertenezco a alguien, mi existencia sería mucho más fácil. Si supiera que alguien me necesita con rabia y con anhelo, con desesperación o pasión, o con ímpetu. Así sería sencillo y cómodo dar el aliento en cada respiración. Quizá doy el aliento sin saber.

Mirar la lluvia puede ser tan placentero y tan deprimente... No me importa mojarme. Me empapo con agrado. Pero sería más placentero empaparme de otras cosas que me arrancasen una sonrisa aún más grande, una sonrisa verdadera.

viernes, 17 de abril de 2009

No hay

No hay palabras
para describir
lo que unos ojos ciegos
no quieren ver.

No hay sonidos
que corten
el silencio decadente
de un alma rota.

No hay pastillas
que endulcen
el cristal empañado
de las energías.

No hay verdades
que duren más
de lo que dura
una persona.

No hay alegrías
que sean eternas
tras el telón
de la vida.