Etiquetas

jueves, 8 de julio de 2010

Un mal reflejo

Un día me levanté. Un día importante.
Me miré en el espejo, y vi algo.
Yo ya no era yo. Ya no era yo misma.
Busqué dentro de esos ojos que me miraban,
algo que se pareciese a lo que conocía.
Alguien me había suplantado, alguien horrendo.
Empecé a odiar lo que veía.
A sentir impotencia. A reírme para no llorar. A taparme los ojos.
Y así empezó la historia, la historia del cuerpo lánguido.

Una historia como muchas otras, no la peor, sino una más.