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lunes, 15 de febrero de 2010

Música perdida

Ella dejó de leer en sus ojos
aquellas páginas de océanos perdidos.
Ella supo que los violines se escaparon
dentro de los capullos de rosa.
Alguna vez quizás sonó la melodía
que embriaga los sentidos
y las cuerdas, vocales, retiene.
Pero ya nadie quiere apadrinar
al músico cansado con los dedos rotos,
al músico cansado, cansado de tocar.