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viernes, 13 de mayo de 2011

Prisión

A veces miro por la ventana con la esperanza de verte aparecer.
En mis sueños te transformas en nubes grises que más tarde
se evaporan para no dejar rastro, sólo sequía y duelo.
Y es que es así como el corazón se queda, en duelo constante.
Los sonidos que llegan a mis manos son lo que siempre me recuerdan a ti:
inalcanzables, destructibles, vulnerables, efímeros, sueños
de la presa que queda encerrada siempre en la misma prisión:
la prisión de la escasez de tus labios.