Me enfrento a un panorama desolador,
en una ciudad que se me antoja extraña,
en los meses de trato más crueles,
con una apariencia que sólo desagrada.
Me enfrento a lo que fui un día,
a lo que me gustaría y que no soy,
a que las hojas donde escribí mis esperanzas
sean arrastradas por el viento.
Lo que creí cierto se diluyó tiempo atrás
mientras mi cuerpo cambiaba y dejaba
de ser mío.
Lo que creí seguro se borró tal y como se borra un boceto.
Será que los años no amplían la visión de la vida,
sino que a veces la encojen y desmenuzan.
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martes, 10 de mayo de 2011
martes, 19 de abril de 2011
Nos enseñaron
Nos enseñaron cómo comportarnos.
Nos enseñaron cómo andar, cómo vestir.
Nos enseñaron cómo comer, como reir, con qué llorar.
Nos enseñaron a qué jugar.
Nos enseñaron cómo relacionarnos,
nos enseñaron en qué creer,
en qué pensar y cómo vivir.
Ya es hora de que aprendamos nosotros
como continuar nuestro camino.
Nos enseñaron cómo andar, cómo vestir.
Nos enseñaron cómo comer, como reir, con qué llorar.
Nos enseñaron a qué jugar.
Nos enseñaron cómo relacionarnos,
nos enseñaron en qué creer,
en qué pensar y cómo vivir.
Ya es hora de que aprendamos nosotros
como continuar nuestro camino.
martes, 12 de abril de 2011
No me ates
Nadie puede acordonar nuestro futuro,
nadie puede decirnos qué debemos hacer,
nadie debe insinuar ni provocar
volver a la misma situación.
Las cartas siempre las tenemos nosotros,
no olvides que mi futuro lo forjo yo,
que no hay deudas sentimentales
en este juego de vivir.
nadie puede decirnos qué debemos hacer,
nadie debe insinuar ni provocar
volver a la misma situación.
Las cartas siempre las tenemos nosotros,
no olvides que mi futuro lo forjo yo,
que no hay deudas sentimentales
en este juego de vivir.
Cosas que ni fueron ni son
Primero fuiste una de esas personas a las que siempre dicen que te van a presentar.
Luego fuiste el chico que entraba por la puerta un viernes mientras nosotros bebíamos.
Luego tuviste nombre, conversación, carrera de arquitectura, idiomas y unos ojos preciosos.
Más tarde fuiste el chico que me besó delante de mi amiga sin más.
Después de un tiempo fuiste el chico que me llevó a casa en coche,
el que tenía una parte de atrás muy cómoda y que no ponía el aire caliente.
Con los días fuiste el chico con el que tuve citas, el que me mandaba mensajes,
el que me echaba de menos, al que mi perro rompió una camisa de franela.
Y ahora ya no eres nadie, sólo un conocido que pasó por mi vida por poco tiempo.
Pero fue divertido mientras duró.
Luego fuiste el chico que entraba por la puerta un viernes mientras nosotros bebíamos.
Luego tuviste nombre, conversación, carrera de arquitectura, idiomas y unos ojos preciosos.
Más tarde fuiste el chico que me besó delante de mi amiga sin más.
Después de un tiempo fuiste el chico que me llevó a casa en coche,
el que tenía una parte de atrás muy cómoda y que no ponía el aire caliente.
Con los días fuiste el chico con el que tuve citas, el que me mandaba mensajes,
el que me echaba de menos, al que mi perro rompió una camisa de franela.
Y ahora ya no eres nadie, sólo un conocido que pasó por mi vida por poco tiempo.
Pero fue divertido mientras duró.
lunes, 11 de abril de 2011
Chico que era hombre
Él se salía de lo habiual.
Era una presencia etérea, destilaba un vaporcillo asombroso cuando caminaba por la Gran Vía, y las cabezas se giraban a mirarlo. Era asombroso porque aunque tenía un agujero en su polo (su único polo rojo de marca, dado de uso en inumerables ocasiones) se las arreglaba de algún modo para seguir siendo glamuroso, para seguir captando miradas incluida la mía. Yo le agarraba de la mano, y él se dejaba. Íbamos al Starbucks, aunque nunca me gustó ese sitio. Y así me pasaba las tardes, mirándole. Anonadada, supongo que como muchas otras chicas, yo no era la única. Sin embargo, hay momentos que se quedan grabados en tu mente, aunque no sean decisivos, pero yo en la mía le veo a él, sentado en ese sillón, con actitud chula, con una pierna en el reposabrazos y las gafas de sol ajustadas al cuello de su camiseta mirándome con firmeza.
No hacía falta más que un poco de confianza. Y ese aspecto de gigoló- esos ojos azules, esos labios perfectos, y esas pequeñas pecas en sus pómulos. No era alto y sin embargo medía más que lo que aparentaba. No era un hombre fornido, pero era fuerte. En sí mismo, ni si quiera era un hombre, pero sabía aparentar que sí. Y yo agarraba su mano, le daba besos en el metro de forma apasionada, y él me mordía, y yo le mordía como respuesta. Pero sí, podría haber sido otra.
No hacía falta más que un poco de confianza. Y ese aspecto de gigoló- esos ojos azules, esos labios perfectos, y esas pequeñas pecas en sus pómulos. No era alto y sin embargo medía más que lo que aparentaba. No era un hombre fornido, pero era fuerte. En sí mismo, ni si quiera era un hombre, pero sabía aparentar que sí. Y yo agarraba su mano, le daba besos en el metro de forma apasionada, y él me mordía, y yo le mordía como respuesta. Pero sí, podría haber sido otra.
Esa voz
Todavía oigo esa voz en mi cabeza.
Me persigue, me acosa y en sueños
-me susurra.
Es un polizón en mi mente que se instaló allí.
Hace tiempo que viaja conmigo,
siempre a mi lado.
Hay veces que me acaricia,
y otras en las que me golpea.
Y dulcemente vomita palabras
que quedaron grabadas en mi cuerpo y -
en mi rojo corazón.
Murmura "volviste a caer",
me grita "eres un desastre",
y me dice "debes ser perfecta".
Ser perfecta, ser perfecta...
Me persigue, me acosa y en sueños
-me susurra.
Es un polizón en mi mente que se instaló allí.
Hace tiempo que viaja conmigo,
siempre a mi lado.
Hay veces que me acaricia,
y otras en las que me golpea.
Y dulcemente vomita palabras
que quedaron grabadas en mi cuerpo y -
en mi rojo corazón.
Murmura "volviste a caer",
me grita "eres un desastre",
y me dice "debes ser perfecta".
Ser perfecta, ser perfecta...
domingo, 10 de abril de 2011
Creer
La creencia de que todo llevaba su rumbo
al final nunca fue duradera,
los atardeceres se inundaron en las pupilas
y las risas se apagaron en la desconfianza.
Creer es tarea ardua, y se descompone
como nieve bajo el sol.
Creer nos hace invencibles
y a un mismo tiempo débiles
por la codicia del deseo
de sentir que hay algo mejor.
al final nunca fue duradera,
los atardeceres se inundaron en las pupilas
y las risas se apagaron en la desconfianza.
Creer es tarea ardua, y se descompone
como nieve bajo el sol.
Creer nos hace invencibles
y a un mismo tiempo débiles
por la codicia del deseo
de sentir que hay algo mejor.
sábado, 9 de abril de 2011
A dream
Walking on the sand,
feeding my feet,
I had a dream.
A dream about you and me.
We were walking together,
do you remember?
Those days in the sun,
enjoying each other,
kissing each other,
learning from each other.
Those days are coming back.
But I cannot help looking at the sun
and think
is it brightening this time?
feeding my feet,
I had a dream.
A dream about you and me.
We were walking together,
do you remember?
Those days in the sun,
enjoying each other,
kissing each other,
learning from each other.
Those days are coming back.
But I cannot help looking at the sun
and think
is it brightening this time?
jueves, 7 de abril de 2011
Presente
Hoy volví a ver la luz de sus ojos,
a probar esa miel en sus labios,
a mirar a esa cara brillante y candente
que en otro tiempo me dejó sin respiración.
Hoy volví a saborear sus licores,
a embriagarme con su suave música
y a disfrutar de cómo me atrapaba.
Vuelvo a dejarme llevar por los acordes de sus palabras,
a dejarme llevar porque a veces es mejor no tomar decisiones
sino vivir de lo que el presente nos da.
a probar esa miel en sus labios,
a mirar a esa cara brillante y candente
que en otro tiempo me dejó sin respiración.
Hoy volví a saborear sus licores,
a embriagarme con su suave música
y a disfrutar de cómo me atrapaba.
Vuelvo a dejarme llevar por los acordes de sus palabras,
a dejarme llevar porque a veces es mejor no tomar decisiones
sino vivir de lo que el presente nos da.
domingo, 3 de abril de 2011
Indecisión
Otra vez me encuentro perdida, perdida.
Entre no saber si dar una oportunidad a algo nuevo
o una nueva oportunidad a algo de lo antiguo.
También entre no saber si creer otra vez
o si simplemente dejarme llevar sin saber.
Si arrastrar los pies y decidir
o vagar en la oscuridad y toparme con la salida.
En ocasiones, quizás, es mejor no pensar,
lo mejor, o lo más sencillo.
Entre no saber si dar una oportunidad a algo nuevo
o una nueva oportunidad a algo de lo antiguo.
También entre no saber si creer otra vez
o si simplemente dejarme llevar sin saber.
Si arrastrar los pies y decidir
o vagar en la oscuridad y toparme con la salida.
En ocasiones, quizás, es mejor no pensar,
lo mejor, o lo más sencillo.
domingo, 27 de marzo de 2011
Untitled 9
Durante un tiempo reí al verte llorar.
Deseé ser el dedo en tu ojo,
ser la estaca anclada en tu mano,
ser el tormento de tus sueños.
Quise ser la sombra que acapara a tu sol,
la daga en tu nuca,
el dolor en tu espalda,
el fuego quemando tu hogar,
el corte de tu respiración.
Para que no olvidases
que de una forma u otra
siempre estaré ahí.
Deseé ser el dedo en tu ojo,
ser la estaca anclada en tu mano,
ser el tormento de tus sueños.
Quise ser la sombra que acapara a tu sol,
la daga en tu nuca,
el dolor en tu espalda,
el fuego quemando tu hogar,
el corte de tu respiración.
Para que no olvidases
que de una forma u otra
siempre estaré ahí.
Piezas
De un sueño roto,
piezas.
Sólo son eso, fragmentos
de lo que con pegamento
no se recompone.
Trozos
de lo que el viento
dejó atrás.
Cenizas
mojadas que poco pueden arder.
De un sueño roto,
piezas.
piezas.
Sólo son eso, fragmentos
de lo que con pegamento
no se recompone.
Trozos
de lo que el viento
dejó atrás.
Cenizas
mojadas que poco pueden arder.
De un sueño roto,
piezas.
Todo lo que dije
Dije que no.
Que no volvería a sumergirme otra vez en la misma historia.
Que no leería aquel cuento otra vez, porque ya conocía el final.
Que volvería a verle y su sonrisa sería como la de cualquier otro.
Que no miraría a aquellos ojos con pasión,
que no me reiría de sus anécdotas,
que permanecería impasible ante su mirada.
Dije que volvería a ser yo, dije que la batalla de mi pensamiento
no se volvería a librar.
Mentí.
Que no volvería a sumergirme otra vez en la misma historia.
Que no leería aquel cuento otra vez, porque ya conocía el final.
Que volvería a verle y su sonrisa sería como la de cualquier otro.
Que no miraría a aquellos ojos con pasión,
que no me reiría de sus anécdotas,
que permanecería impasible ante su mirada.
Dije que volvería a ser yo, dije que la batalla de mi pensamiento
no se volvería a librar.
Mentí.
Aquel beso
El sonido de sus labios al besarse se prolongaba,
haciendo agonizar al silencio costante.
Un pellizco con sus dientes, un gemido reprimido,
pequeños matices de un beso grande, grande,
tan grande como la vida misma escapándose en un aliento,
en un solo roce que apenas ocupa espacio en el tiempo.
Todo un universo de sensaciones, envueltas entre su pelo,
entre sus caricias, entre sus manos aferrándose con fuerza.
El reloj se detuvo, por unos instantes
fue benévolo y cercano, recopilando todos esos años
en ese pequeño instante.
Y ése fue el último, el último beso
y el más placentero de todos.
haciendo agonizar al silencio costante.
Un pellizco con sus dientes, un gemido reprimido,
pequeños matices de un beso grande, grande,
tan grande como la vida misma escapándose en un aliento,
en un solo roce que apenas ocupa espacio en el tiempo.
Todo un universo de sensaciones, envueltas entre su pelo,
entre sus caricias, entre sus manos aferrándose con fuerza.
El reloj se detuvo, por unos instantes
fue benévolo y cercano, recopilando todos esos años
en ese pequeño instante.
Y ése fue el último, el último beso
y el más placentero de todos.
sábado, 19 de marzo de 2011
Fracaso= Logro
¿Y qué contar tras tantos años?
No hace mucho aprendí que todo cambio es positivo, de algún modo.
Me explicaré.
Todo fracaso llega a ser un logro si aprendes algo de ello. Por lo tanto, si te caes y te levantas, no es un fracaso, sino un aprendizaje. Y es precisamente eso lo que marca el discurso de la vida, de cualquier vida. Lo que está marcado de importancia es levantarse, no el hecho de caerse.
Los pequeños detalles son los que hacen que una vida merezca la pena. Una pequeña sorpresa, una comida entre amigos, esa llamada estúpida sin sentido de alguien que no esperabas... Esos pequeños detalles día a día hacen merecer la existencia cotidiana.
Y no sé qué más decir. Si en realidad no sé por qué he empezado esta entrada...
No hace mucho aprendí que todo cambio es positivo, de algún modo.
Me explicaré.
Todo fracaso llega a ser un logro si aprendes algo de ello. Por lo tanto, si te caes y te levantas, no es un fracaso, sino un aprendizaje. Y es precisamente eso lo que marca el discurso de la vida, de cualquier vida. Lo que está marcado de importancia es levantarse, no el hecho de caerse.
Los pequeños detalles son los que hacen que una vida merezca la pena. Una pequeña sorpresa, una comida entre amigos, esa llamada estúpida sin sentido de alguien que no esperabas... Esos pequeños detalles día a día hacen merecer la existencia cotidiana.
Y no sé qué más decir. Si en realidad no sé por qué he empezado esta entrada...
viernes, 25 de febrero de 2011
Tirarme al gentío
En ocasiones creo que pierdo profundamente la conciencia, de lo que hago, de lo que pienso o incluso de lo que me hace sentir viva o de lo que hace que sienta que ya he empezado a morir. Y uno de esos momentos fue una de las noches en las que el alcohol me había afectado profundamente.
No sé cómo acabamos allí, en el reservado, con unos tíos completamente desconocidos que en realidad eran unos críos que daban naúseas. A mí al menos me provocaban ganas de vomitar, seriamente. Yo no quería estar ahí. Yo no quería estar en ninguna parte, porque ni si quiera tenía la fuerza suficiente para sujetar esa sexta o séptima copa que me estaba tomando. Demasiado cansada de tantas fiestas sin sentido. Demasiado cansada de ponerme ese oscuro maquillaje y salir a trotar por las discotecas sin sentido.
Y el tío vomitivo se me acercó. Mirando por el balcón, hacia la pista de abajo. Sólo veía cabezas moviéndose sin sentido. Era divertido estar ahí arriba mirando a todos esos cuerpos que se movían entre sí, que como todos los cuerpos tienen historias propias, desconocidas. Podría haber un asesino en serie ahí abajo y nunca lo sabría. Mi cabeza pensaba en todas esas cosas, mientras el ron se filtraba por mi garganta y el tío vomitivo me acariciaba las caderas. Me daba asco, un asco indescriptible. Sus ojos de águila, su nariz saliente y puntiaguda, esa saliva entre los dientes que se asomaba a través de la sonrisa que no alumbraba confianza alguna...
Sólo quería salir de allí. No quería que me tocase, y logré zafarme de él en seis ocasiones diferentes. Mientras miraba a ese gentío profundo, que era como un mar de respiraciones elocuentes. Una amiga tiene la teoría de que hay veces que notas tanto una determinada sensación que al final acabas por no sentirla. Ella lo llama "traspasar la barrera del hambre" o "traspasar la barrera del sueño". Yo sentía tanto asco por ese hombre que al final me dió igual que me tocase. Y por un segundo estuve pensando que o me dejaba hacer, o me tiraría a ese enorme gentío de ahí abajo. Al final ninguna de las dos llegó a convertirse en una realidad porque alguien me tiró del brazo, porque recobré un poco el sentido común o porque me sacaron de allí. No lo recuerdo bien.
Llegas a un punto en el que te cansas de tantos cubatas. En el que te cansas de tanta estupidez humana. En el que te cansas de seguirle el rollo a esa paranoia falsa de sonrisas en la noche; y es cuando ya te da igual que te toquen o que no; que te desgarren; que te arranquen las bragas en un baño sucio. O encontrarte en la esquina mohosa de siempre. Al fin del todo, eres uno más de ese gentío, de ese mar de cuerpos con una historia que nadie conoce; puede que ni tú mismo.
No sé cómo acabamos allí, en el reservado, con unos tíos completamente desconocidos que en realidad eran unos críos que daban naúseas. A mí al menos me provocaban ganas de vomitar, seriamente. Yo no quería estar ahí. Yo no quería estar en ninguna parte, porque ni si quiera tenía la fuerza suficiente para sujetar esa sexta o séptima copa que me estaba tomando. Demasiado cansada de tantas fiestas sin sentido. Demasiado cansada de ponerme ese oscuro maquillaje y salir a trotar por las discotecas sin sentido.
Y el tío vomitivo se me acercó. Mirando por el balcón, hacia la pista de abajo. Sólo veía cabezas moviéndose sin sentido. Era divertido estar ahí arriba mirando a todos esos cuerpos que se movían entre sí, que como todos los cuerpos tienen historias propias, desconocidas. Podría haber un asesino en serie ahí abajo y nunca lo sabría. Mi cabeza pensaba en todas esas cosas, mientras el ron se filtraba por mi garganta y el tío vomitivo me acariciaba las caderas. Me daba asco, un asco indescriptible. Sus ojos de águila, su nariz saliente y puntiaguda, esa saliva entre los dientes que se asomaba a través de la sonrisa que no alumbraba confianza alguna...
Sólo quería salir de allí. No quería que me tocase, y logré zafarme de él en seis ocasiones diferentes. Mientras miraba a ese gentío profundo, que era como un mar de respiraciones elocuentes. Una amiga tiene la teoría de que hay veces que notas tanto una determinada sensación que al final acabas por no sentirla. Ella lo llama "traspasar la barrera del hambre" o "traspasar la barrera del sueño". Yo sentía tanto asco por ese hombre que al final me dió igual que me tocase. Y por un segundo estuve pensando que o me dejaba hacer, o me tiraría a ese enorme gentío de ahí abajo. Al final ninguna de las dos llegó a convertirse en una realidad porque alguien me tiró del brazo, porque recobré un poco el sentido común o porque me sacaron de allí. No lo recuerdo bien.
Llegas a un punto en el que te cansas de tantos cubatas. En el que te cansas de tanta estupidez humana. En el que te cansas de seguirle el rollo a esa paranoia falsa de sonrisas en la noche; y es cuando ya te da igual que te toquen o que no; que te desgarren; que te arranquen las bragas en un baño sucio. O encontrarte en la esquina mohosa de siempre. Al fin del todo, eres uno más de ese gentío, de ese mar de cuerpos con una historia que nadie conoce; puede que ni tú mismo.
viernes, 4 de febrero de 2011
Sinceridad
Si la sinceridad es una virtud,
definitivamente hay gente a la que le hace falta.
Si recordar es el castigo,
espero que se me imponga otro.
Quiero a todos fuera de mi cabeza, a todos.
Quiero ser libre y vivir mi vida, planear sin redes,
gritar sin motivo y no llorar entre bambalinas.
Quiero que me digas, que me grites que no me quieres,
que me pongas fuera de tu vida y lo notifiques,
quiero que tu presencia deje de acosarme constantemente,
quiero que me abofetees con palabras certeras;
para así poder vivir.
A veces la sinceridad es el arma más potente,
a veces la sinceridad es lo único necesario
para poder seguir sin verte en cada cara.
Si de verdad eres humano, saca las garras y aráñame,
destrózame en lo más hondo para poder volver a empezar;
mátame las ganas de seguir con esta desesperación;
para que así entre las entrañas saque un nuevo mapa que seguir.
Dime que me has olvidado y yo te olvidaré.
Hasta los cojones, estoy hasta los cojones, en serio.
definitivamente hay gente a la que le hace falta.
Si recordar es el castigo,
espero que se me imponga otro.
Quiero a todos fuera de mi cabeza, a todos.
Quiero ser libre y vivir mi vida, planear sin redes,
gritar sin motivo y no llorar entre bambalinas.
Quiero que me digas, que me grites que no me quieres,
que me pongas fuera de tu vida y lo notifiques,
quiero que tu presencia deje de acosarme constantemente,
quiero que me abofetees con palabras certeras;
para así poder vivir.
A veces la sinceridad es el arma más potente,
a veces la sinceridad es lo único necesario
para poder seguir sin verte en cada cara.
Si de verdad eres humano, saca las garras y aráñame,
destrózame en lo más hondo para poder volver a empezar;
mátame las ganas de seguir con esta desesperación;
para que así entre las entrañas saque un nuevo mapa que seguir.
Dime que me has olvidado y yo te olvidaré.
Hasta los cojones, estoy hasta los cojones, en serio.
domingo, 30 de enero de 2011
Como siempre, nada
Durante todo este tiempo he estado preguntándome,
buscando una explicación,
o quizás a un culpable.
Durante todo este tiempo he llorado,
he reído,
y me he mutilado la ilusión por piezas.
Luego me di cuenta de que el destino
te prepara el camino;
un camino que no sólo es tuyo, sino también de los demás.
Y ahora realmente te imagino con otra persona,
y sin embargo me da rabia. Me fatiga,
me enfurece, me da pena y lo acepto.
Todo en uno.
Salió el sol para mí una vez,
solo espero que no fuera la única.
buscando una explicación,
o quizás a un culpable.
Durante todo este tiempo he llorado,
he reído,
y me he mutilado la ilusión por piezas.
Luego me di cuenta de que el destino
te prepara el camino;
un camino que no sólo es tuyo, sino también de los demás.
Y ahora realmente te imagino con otra persona,
y sin embargo me da rabia. Me fatiga,
me enfurece, me da pena y lo acepto.
Todo en uno.
Salió el sol para mí una vez,
solo espero que no fuera la única.
viernes, 5 de noviembre de 2010
el del fracaso
Ahora por primera vez siento que se aproxima.
Bajo el cristal de la objetividad, oculto, está el dolor.
Lo que nunca es esperado y siempre se repite,
lo que temporada tras temporada regresa,
un otoño acumulado en el corazón
que ahora sólo puede
mudar las hojas once again.
Bajo el cristal de la objetividad, oculto, está el dolor.
Lo que nunca es esperado y siempre se repite,
lo que temporada tras temporada regresa,
un otoño acumulado en el corazón
que ahora sólo puede
mudar las hojas once again.
sábado, 21 de agosto de 2010
Tú
Tengo todavía el sabor de tu colonia en mi lengua.
Siento tu tacto en la nuca, tu dedo ronroneando en mi pelo,
7 piezas de tu sonrisa en un aparato electrónico
y dos pies buscando los míos a la hora de la siesta.
Sólo me faltas tú.
Siento tu tacto en la nuca, tu dedo ronroneando en mi pelo,
7 piezas de tu sonrisa en un aparato electrónico
y dos pies buscando los míos a la hora de la siesta.
Sólo me faltas tú.
lunes, 19 de julio de 2010
jueves, 15 de julio de 2010
Desastre
Un desastre. Sólo soy un desastre.
Un desastre más de esa carta que no escribiste.
Un desastre más de ese fuego que apagaste.
Un retazo de las fotos que algún día poseíste,
un retazo de un recuerdo que algún día olvidaste.
Me olvidaste a mí, al desastre.
Al que siempre acaba llorando
por aquello que no hiciste.
Y entre cartas, fotos, recuerdos y fuego
sigo esperando a que me enciendas
o devuelvas aquello que prometiste.
Un desastre más de esa carta que no escribiste.
Un desastre más de ese fuego que apagaste.
Un retazo de las fotos que algún día poseíste,
un retazo de un recuerdo que algún día olvidaste.
Me olvidaste a mí, al desastre.
Al que siempre acaba llorando
por aquello que no hiciste.
Y entre cartas, fotos, recuerdos y fuego
sigo esperando a que me enciendas
o devuelvas aquello que prometiste.
jueves, 8 de julio de 2010
Un mal reflejo
Un día me levanté. Un día importante.
Me miré en el espejo, y vi algo.
Yo ya no era yo. Ya no era yo misma.
Busqué dentro de esos ojos que me miraban,
algo que se pareciese a lo que conocía.
Alguien me había suplantado, alguien horrendo.
Empecé a odiar lo que veía.
A sentir impotencia. A reírme para no llorar. A taparme los ojos.
Y así empezó la historia, la historia del cuerpo lánguido.
Una historia como muchas otras, no la peor, sino una más.
Me miré en el espejo, y vi algo.
Yo ya no era yo. Ya no era yo misma.
Busqué dentro de esos ojos que me miraban,
algo que se pareciese a lo que conocía.
Alguien me había suplantado, alguien horrendo.
Empecé a odiar lo que veía.
A sentir impotencia. A reírme para no llorar. A taparme los ojos.
Y así empezó la historia, la historia del cuerpo lánguido.
Una historia como muchas otras, no la peor, sino una más.
Lágrimas
Los esquejes de la piel
aún húmedos y cansados.
Rota la esperanza,
la poca que quedaba en el espejo.
Luz intermitente.
Se seca y se empapa.
Se sienta en el balcón
y lanza un "¿por qué?" a la noche.
No hubo respuesta.
aún húmedos y cansados.
Rota la esperanza,
la poca que quedaba en el espejo.
Luz intermitente.
Se seca y se empapa.
Se sienta en el balcón
y lanza un "¿por qué?" a la noche.
No hubo respuesta.
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