Ya no salimos ni entramos,
ya no caminamos juntos
ni revueltos
en la misma dirección.
Si mirábamos a un futuro
tanto tuyo como mío;
ahora sólo nos reímos
de lo que el tiempo dejó atrás.
Cuántos soles se quemaron
en las aceras de nuestros dedos,
cuántas ilusiones zarparon
en busca de nuevos vientos.
Ahora gana el desconsuelo
y la falta de lágrimas;
cuando debíamos haber llorado
por lo que el tiempo dejó atrás.