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lunes, 8 de junio de 2009

Ira

Ira: pasión violenta de indignación y enfado, deseo de venganza, furia, violencia.

Anger: strong emotion that you feel when you think someone has behaved in an unfair, cruel or unacceptable way.

La Ira. Para mí esta palabra siempre se relacionó con la rabia o el odio, o la enajenación mental transitoria. Sobre todo con la rabia. Es una llamarada que te quema el cebrebro, como una tarde de julio en la lengua, que no te permite hablar con propiedad, que te cosume, que te pertenece y al que perteneces, como el odio. Entregas tu cuerpo, normalmente involuntariamente, para que ella actúe con él como crea propio, y eso suele ser de una manera desgastadora, putrefacta, como las flores quemadas que se deshojan solas. En contraposición a esto, siempre pensé en las palabras felicidad, agrado y bienestar. Aunque el método para la vida de mucha gente se concentra en obtener el bienestar liberando su cuerpo a la ira, entregándolo para obtener un desahogo. Como cuando quedas exhausto depués de una carrera.

Ahora que miro por la ventana me atrevería a comparar la ira con ese viento furioso, furioso es la palabra, que arremete contra las ramas de esos pobres árboles, que no han hecho más que tenerse en pie, como los humanos. Volátiles humanos, que se dejan dominar e influir por lo que comunmente se conoce como sentimientos. Esa es la debilidad de nuestra raza, lo que nos pincha hasta reventar el globo de la calma, lo que nos arranca del suelo con fuerza estrujando los puños en señal de reto al de enfrente. Siempre asocié la ira con el color rojo, con el número 13, con ese coche de la acera de enfrente, rojo también, con los colmillos del lobo. Es curioso que también asocie este color con el amor.