No mires atrás, pero tampoco olvides
que el pasado siempre existe,
y que te hará recordar.
No deshagas las huellas que tus pies hicieron.
Rehazlas, pero no las intentes borrar
que los pies ya son sabios, de tanto caminar.
Sí, mira adelante con la cabeza alta,
pero no intentes tapar aquello
que te hizo crecer y madurar.
No quieras morder la suela
de tus propias zapatillas.