Admiro a esas gentes de carácter fuerte
que no tienen miedo de volver a empezar.
Admiro a aquellos que con sabia decisión,
se levantan, otra, otra y otra vez más.
Admiro a los que no tienen miedo a sufrir,
porque, aunque sufran,
siempre seguirán siendo ellos.
Admiro a los que siguen teniendo esperanza,
a los que tienen sueños, y aspiraciones.
Admiro a los que no se rinden, a los que siempre
te acompañan,
a los que te agarran de la mano
y no te dejan
perecer en el intento.