Tengo una risa que se ríe de mí a intervalos.
Tengo una bolsa de histerias que se dan la mano o los puños.
Tengo un diente que se cayó por el exceso de azúcar en vena.
Tengo una cuchara con veneno que sabe a miel y una boca cercana que quiere probarlo para dar opinión y sacarlo al mercado.
Un mechero que no funciona para encender el tabaco de los días de primavera que pierdo entre mi casa y el césped. Un tabaco que no se consume casi nunca y que casi nunca se queda a medias.
Una carpeta en la que meto fotos de mis mascotas, de mis lugares, de mis aventuras y desventuras. Un mando a distancia que nunca será capaz de encender nada.
Tengo un corazón que espera a que aprenda qué puedo hacer con él.