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sábado, 2 de mayo de 2009

Nota al lector

Nunca me gustó escribir de forma clara y transparente.

Nunca me gustó referirme a la primera persona del singular como la persona que soy yo. Nunca me gustó lo directo, lo desarmado. Me gusta lo difícil, lo complejo, y sin embargo, aquí me encuentro; hablando en primera persona y esta vez sí, hablando claro y sobre mí.

Esta será, posiblemente, la única entrada dedicada al lector que yo escriba. O al menos, eso espero, ya que las explicaciones nunca se me dieron bien.

Dicen que tengo un estilo sencillo. Dicen que soy consciente del uso de las palabras que uso. No pretendo ni una cosa ni la otra, ni todo lo contario. Las palabras salen despedidas por un agujero en mi cabeza como siempre ha sido y será. No me pararé a pensar en qué teclas estoy presionanado, porque mis dedos tienen vida propia.

Ante todo, hay que saber que muchas veces el escritor no escribe con una intención abiertamente declarada. Hay que saber que muchas veces no hay un sujeto del que se esté hablando, y que las interpretaciones posibles pueden llegar a ser infinitas, o infinitamente desconocidas.

Así mismo, debemos tener en cuenta que puede que lo que se escribe vaya dirigido a nadie. Ni si quiera tienen que estar basados en hechos propios o reales, porque para eso existe la literatura: para crear, inventar, retorcer los metros de cerebro que poseemos. Por eso, como dicen en mi universidad "no hay que postular un sujeto de la enunciación autobiográfico". Es decir, no penséis que todo lo que se escribe es lo plasmado de una experiencia que el escritor ha sufrido.

No pretendo causar una impresión determinada en un lector. Porque tampoco estoy segura de que pretenda tener lectores, si bien sé que hay gente que vagabundea por aquí y malinterpreta mis escritos. Gracias por leer, gracias por malinterpretar, de verdad.

Mi acidez, mi ironía, mi "mala hostia" como dicen algunos, es producto del libre albedrío. Si quiero escribir "cojones", escribiré "cojones". Si quiero escribir "condón", escribiré "condón", independientemente del asco visual que pueda representar eso en una mente abierta o totalmente conservadora. La misión de las palabras es que sean usadas. El asco que producen frases como "apuñálame o me sacaré los ojos" es algo que no me importa demasiado. Sencillamente porque me enseñaron a usar los recursos estilísticos, y entre ellos están, junto a los retóricos, el sentido del ritmo y otros tantos; los recursos visuales.

No pido nada al pobre lector que se pueda sentir atacado con esta declaración, jaja, no, no es mi estilo. Simplemente, disfruto con lo que hago, aunque deteste mis creaciones y muchas veces no pueda soportar su terrible repipidez.

Sin más, gracias por malgastar el tiempo en leer esto, querido receptor. Continuaré escribiendo.