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miércoles, 1 de abril de 2009

Alguien especial

Nunca pensé que fueses a convertirte en lo que eres hoy.
La primera vez que te vi supe que en tus ojos la desesperación había fabricado su guarida.

Llena de ilusiones fui a buscarte aquella mañana, sin saber si todo saldría bien, si ambas nos adaptaríamos a la otra. Te ofrecí una vida nueva. Te presenté a mis amigos, a mis ligues. Te conté confidencias. Te puse unas gafas de sol, una palestina, te saqué al frío del invierno y al calor del verano.

Ahora me miras con otros ojos. Ahora incluso me persigues, y cuando no lo haces, te busco yo. Es difícil expresar como alguien así puede convertirse en una compañera de experiencias, de juegos, de penas. Cómo si estoy enferma corres a la vera de mi cama para acompañarme, cómo te entristeces cuando yo lo hago, y cómo te alegras cuando yo sonrío.

Es difícil comprender la compañía que me otorgas. Es difícil explicar que siempre serás más de lo que la gente ve en ti. Es difícil comunicarte que fuiste mi evasión, mi compañía en los días solitarios.

Resulta complicado que los demás entiendan que el dicho de que el perro es el mejor amigo del hombre es algo más que un dicho: es una realidad.