Con una flecha en un costado que penetra poco a poco o aceleradamente.
Entre mantequilla ácida.
Anclada en un bote de arenas movedizas.
No sé aún si quizás de muerte
herida,
o si he muerto ya.
Mis manos ya están enrojecidas y sigo trabajando la tierra una vez más.
Las tijeras ya están podando la unión de mi cuerpo con esa cosa que parece seguir latiendo aún.
Herida.