Debajo de la lluvia hiriente, en el diluvio de sentimientos contradictorios y de caminos opuestos, de naturalezas tan chocantes. El frío aire eriza mi vello. Mis dedos se arquean, y mi oído presta atención a la luz de las farolas en la calle.
Busco mi camino, sin salir del destino que aún desconozco. Y que siempre desconoceré. Un susurro en la noche, una conmoción retenida entre palabras de fracaso y de reproches. La tormenta se aproxima, sobre la escafandra de mi isla perdida.
Los hechos se desencadenan uno tras otro, sin dar tiempo a inhalar aire nuevo entre ellos. Se repiten, como una constante presente desde mi niñez, cabalgando a mi paso. Por mucho que corra nunca lo adelanto, y cuando creo que ya lo he hecho, acelera y me mira con cara de prepotencia, recordándome que jamás podré librarme de él. "Don´t look back in anger".
Llévame a un lugar distinto, donde no haya aire gris, donde mi mente no se sature ni diga "loading, please wait". En las tardes debajo del sol o de la lluvia torrencial, pero lejos de esto. Déjame salir del ojo del huracán.
Me siento como en la calma que precede a la tempestad. En algún momento estallará, si no lo ha hecho ya y no me he dado cuenta.