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lunes, 16 de febrero de 2009

Juego de azar

Jugando a este juego sin reglas.
Sin saber qué cartas tienes ni lo que puedo llegar a tener yo.
En esta rueda que gira, como en la ruleta, creando combinaciones paralelas, sin saber el final de la historia.

Tiras los dados como esperando a que el Azar haga su trabajo. Pero a veces el azar falla y te pega un bofetón en la cara. Recuérdalo.

Juegas al póquer con nueve cartas. Y yo espero que en algún momento saques una de esas que escondes tan eficazmente. Pero sé que no lo harás. Y así me quedo siempre, esperando a que este juego deje de serlo, a no tener que depender de la Suerte, a recibir cartas buenas por una vez. Sin embargo, cuando creo que por fin tengo buenas cartas me llega otra que me jode toda la mano.

¿Cuándo pondrás todas las cartas sobre la mesa? ¿Cuándo apostarás de verdad, a carta descubierta, sin la ambigüedad de no saber qué echarás ahora? Desearía saber cuándo terminará el juego, cuando ganaré en mis apuestas, cuando te aliarás conmigo en contra del resto para hacer una partida con sentido.

Aunque no hagas trampas, siempre tengo la sensación de que las haces, con esa cara de mus, soltando cartas como dardos, a la deriva y tan intencionadamente. Guardando las distancias, calculando cualquier reacción humana para no ser descubierto en esa Gran Maniobra. Sencillamente insoportable. Pero juegas bien.

Aunque ya se sabe: afortunado en juego, desafortunado en amores.