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lunes, 2 de febrero de 2009

Echar el lastre

Ayer caí en la cuenta de todo lo que me asustaba. Neblinas de pensamientos inconscientes, remotos, fugaces bailaban a mi alrededor. Hoy ya no es así. Redireccionándome intento darle un nuevo enfoque a mi vida, inhalar un poco de aire fresco, nuevo y verde. Ya no volverá a ser aire gris ni azul. Antes daba vueltas en círculos, y ya no quiero volver a dar vueltas a no ser que sea en triángulo, simétrico, ordenado, perfecto, equilibrado. La confusión y el desánimo dejan paso a una nueva era, el estupor marcha para dejar paso a una lucidez casi lógica.

Hoy he decidido ser optimista.

Echaremos el lastre por la ventana, esperando que no vuelva más, que se empotre contra un suelo duro, fuerte y fértil. Hoy me vuelvo a encontrar, llena de ganas, de fuerza, fuerza como la de antes, como la que levantaba un puño en el aire en señal de ánimo. Autosugestión. Si creo que puedo, podré. Si hay caminos duros, que los habrá; si hay caídas, que las habrá; si hay bajadas; como siempre ha habido y habrá; seguiré caminando, me levantaré y subiré una vez más.

Autosugestión.

Sé que puedo.